Sandor
Testimonio de un niño de 10 años (Aquilino Vega)
A Aquilino Vega le quedaba por ver mucha guerra, muchas cartillas de racionamiento, mucha injusticia, por ambas partes. El relato de un cura atado a un árbol y quemado con gasolina se mezcla con los ejemplos de la cruel y calculada venganza del bando vencedor, tras el hundimiento republicano en Asturias, en octubre de 1937. A su abuelo le impusieron una multa de 200 pesetas por «desafección al régimen», tal como figura en un ejemplar de la sanción que El Chintu guarda como oro en paño. Para pagarla tuvo que vender la mejor de sus tres vacas y pedir un préstamo. Antes, durante la guerra, vio disparar varias veces a «La Leona», el cañón instalado en Bendones, que acertó a la torre de la catedral de Oviedo
25/07/14 01:07