Supongo que tú
eres de una de esas piezas
que me falta
en el rompecabezas
que construyen los años
un hueco en el que nunca encajan
los engaños, las mentiras a medias
y verdades que hieren como dagas.

Pero por más que busco
esa pieza se esconde
o la he perdido
al haber comenzado equivocadamente
en una esquina donde todo era azul
hasta que la noche llega sin remedio
y la vida se volvió oscura
al no tenerte.
 
Ahora
mis manos reconocen
a ciegas
que tú no te escondías
y en silencio
—con la ternura de la que nada espera—
tu tacto era la clave
del laberinto de mis dudas.
 
Ya no quiero que ninguna otra pieza
contamine nada
y te guardo conmigo
sabiendo que no formas
parte de nadie
porque  tú larga espera
merece que estés fuera
de este puzle para otros construido
en otro juego del amor
que nada tiene ver conmigo
donde tus ojos
son los únicos que conocen la ruta
que no hallaba
 y que yo soy
—si lo demuestro
el único que puede saber
con mi mirada
donde encajarte
y entonces, solo entonces,
serás la guía que me enseñe
con tus besos
los senderos del alma.

Carlos.
(la foto realizada por mí, corresponde a mi barrio ovetense"

SandorSeguir Autor Recomendar Texto Agregar a Favoritos