TusTextos

Al Escritor que Se Convirtió En Exocarpio .

Ese día, lluvioso, gris y aburrido, se me ocurrió escribir, así que agarré la pluma que me había regalado mamá en mi último cumpleaños, y me senté al lado de la ventana, por supuesto, cerrada, para que no se escapen las ideas.
Primera línea, y tachar, nuevo intento. Cerrar los ojos, y las ideas no fluyen, no fluyen, no…
Agarro la pluma con bronca y la vuelvo a soltar, y llevo la cabeza hacia la mesa violentamente, una y otra vez.
Entonces caen, una, dos, tres manchas, pero no son rojas, no es sangre. Y me entusiasmo, las ideas caen.
Entonces sigo, y sigo con más fuerza. Una ligera sensación de vacio se instala en mi, y más manchas caen; azules, verdes, violetas, naranjas, un mar de ideas multicolores llenando la habitación tan gris como el día.
Y esa maldita sensación de vacío.
Pero no paro, sigo golpeándome con desenfreno, y olvido que el cuaderno está manchado.
La habitación llena, y yo tan vacío.
Me dejo llevar, volver al principio, y ahora soy una cáscara. Ya no tengo nada.
Satire02 de abril de 2011

1 Comentarios

  • Folicega

    Tal vez no te queden colores ni ideas pero puede que tengas una contusión :)

    02/04/11 09:04

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