Mi Diario: Viaje al Olimpo
Y llegué por fin al Olimpo, donde debía hablar con alguna deidad para formular mi petición. No sabía a cuál, así que leí en el cartel:
-Para asuntos de Dioses, hablar con Zeus; para las cosas del del mar, con Poseidón; para todo lo demás, -algún gracioso había puesto tipex- Mastercard.
¿Quién demonios lo habría cambiado? Maldito sea, porque tendré que preguntar a varios Dioses hasta saber cuál podría solucionar mi problema... Así que me dirigí a Zeus, el primero que vi.
-Hola, Zeus, soy Schlange.
-¿Qué deseas, mortal?
-Verás, yo
tengo un problema, necesito ayuda.
-Dime, pues, ¿de qué se trata?
-Necesito un poco de
¿cómo decirlo? Necesito mejorar mi sentido del humor
-¿Y qué tiene eso que ver conmigo? No entra en mis competencias.
-Pero necesito más
chispa.
-¿Chispa? Empiezas a hablar en mi idioma, pequeño. Creo que puedo hacer de tus chistes toda una tormenta eléctrica, ya sabes que yo soy el Dios del Trueno, el Rayo, y todas esas cosas. Anda, ten, bebe esto, y creo que tus problemas se terminarán.
-¿Brebaje multiusos de Zeus con alto contenido voltaico? Probaré, pero los líquidos amarillos no suelen funcionar muy bien
¿Trae garantía?
-Es un producto fabricado por mí, ¿realmente crees que puede no servirte?
-Está bien, lo probaré, pero si no funciona espero que tengas un antídoto.
-Claro que lo tengo, soy un Dios muy completito.
Así que lo bebí, sentí una imperiosa necesidad de probarlo, y como junto a mí había un señor con pinta de amargado, lo vi muy claro.
-Usted, el del bigote a lo groucho, ¿puede escuchar un momento?
-Sí, ¿qué desea?
-¿Sabe lo que le dice un protón a un electrón?
-Sorpréndame
-¿Estás deprimido?
-¿Y qué contesta el electrón?
-No, es que soy un tipo muy negativo.
-Ah, que gracioso es usted... Creo que debería hablar con Zeus, me temo la chispa que le ha dado no es exactamente lo que usted necesita.
Tras el fracaso, volví a hablar con Zeus, para que me diese el antídoto
-Verás, Zeus, esto no funciona. No soy más gracioso. Dame el antídoto.
-¿Cuánto brebaje bebiste?
-La mitad.
-Pues bebe la otra mitad.
-Ya he tenido suficiente, gracias, dame el antídoto.
-Bebe la otra mitad. Es el antídoto. Por algo se llama brebaje multiusos.
-Glub, gasp, ahh. Vale, ya está, gracias, ¿pero ahora con quién tengo que hablar?
-Pregúntale a otro Dios, no será muy difícil encontrarlo.
-Gracias por los esfuerzos, Zeus.
-De nada, ahora lárgate y deja de darme la lata.
Bueno, tras este fracaso, pensé que debía buscar a otro Dios. Por suerte una gran pestilencia a vino venía de la fuente, así que fui y, evidentemente, encontré a Baco.
-Hola, Baco.
-Hola, mortal. ¿Quieres un poco de vino?
-No, gracias, venía para solucionar un problema.
-¿De qué se trata?
-Necesito que la gente se ría con mis chistes, que les hagan gracia, pero no sé cómo.
-Emborráchalos
-¿Alguna otra sugerencia?
-Emborráchate
-Gracias, Baco, lo haré...
Otra visita inútil. Cualquiera es capaz de hacer gracia a un borracho. De nuevo, busqué a otro Dios, pero lo más cercano que encontré fue una puerta al averno, donde Hades podría ser mi solución. Lo encontré jugueteando con Cerbero, su can tricefálico, sentado en una lúgubre sala repleta de huesos y demás cosas asquerosas.
-Hola, Hades.
-Hola, Schlange.
-¿Cómo demonios sabes mi nombre?
-SOY un demonio,
-Fantástico, pero necesito tu ayuda.
-¿MI ayuda?
-Sí, por qué no
-¿Qué necesitas?
-Mejorar mi sentido del humor
(Se rió mefistofélicamente.)
-¿Y acudes a mí? Eso no es asunto mío.
-Pero realmente necesito hacer chistes para morirse de risa.
-¿Para morirse de risa? Creo que te puedo ayudar. Toma
-¿Brebaje multiusos de Hades con alto contenido óseo? No, gracias, creo que he tenido suficientes brebajes por hoy.
-Ingrato, lárgate antes de que ya no puedas hacerlo.
-Gracias por todo
Vaya, parecía que estaba condenado a no encontrar mi solución, así que seguí buscando, cuando un hombre canoso me habló.
-Schlange, ven un momento.
-¿Por qué todo el mundo sabe mi nombre?
-Soy un anciano, y esto podría llamarse cuento. Todos los ancianos de todos los cuentos del mundo son sabios y saben cosas sorprendentes.
-¿Y qué quieres?
-Que me cuentes qué te sucede.
-Que sólo hago gracia a los tontos y a los necios.
-El mundo está repleto de tontos y necios.
-Pero quiero ser más gracioso
-¿Para?
-Para sentirme alguien, ser todo un humorista y hacer reír.
-Eso no es lo tuyo. No te empeñes.
-¿Y entonces qué es lo mío?
-La poesía, Schlange, la poesía; qué más da el humor, si tus versos son hermosos
No quieras ser un payaso si puedes ser un maestro de la pluma.
-Gracias por el consejo, realmente tenías razón: todos los ancianos son sabios.
-De nada, Schlange, ve en paz, y que tus versos sean hermosos
Finalmente el típico viejo sabio solucionó mis problemas de una forma no demasiado satisfactoria. Por lo menos me llevé el buen recuerdo de aquel viaje en busca de la inspiración
para una tarea equivocada.
Dedicado a mis queridos escritores de TT que tanto necesitamos la inspiración.
Schlange!