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Homo Centralis

Científicos de la Universidad de Sevilla describen en un minucioso informe al Homo Centralis. Este tipo de hombre es fácilmente reconocible dentro de su hábitat natural: El centro comercial. Parten de la premisa de que cuando un hombre entra con una mujer, en el mayor de los casos, su pareja, éste lo primero que hace es cruzarse de brazos y luego seguirla como si se tratara del que lleva los platillos en una banda de música de semana santa. El paso, uy... la mujer va recorriendo cada tienda de ropa examinando cada perchero y etiqueta que pueda encontrar a su paso. A una distancia de un metro o metro y medio dependiendo de si es el único Homo Centralis o no, él camina detrás. Intenta disimular, hacer creer a los demás que no va con ella, si no que va en busca de un regalo para ella. Esto lo hace la mayoría del tiempo, la otra parte la dedica a hacerle arrumacos para que ella piense que está contento de estar allí, en la discoteca glamurosa y selectiva Berskha, en el desfile de dependientas de Mango o Zara, o el camuflaje de Stradivarius. Ella le pregunta su opinión sobre cada camisa, camiseta, pantalón, bufanda o zapatos que examina desde todos los prismas posibles. Él alterna un “me gusta, te sienta bien ese color”, con el “no, no me gusta”, sin criterio alguno demostrable. Total, él lo que quiere es quitarle la ropa.

El Homo Centralis de género masculino exclusivamente, ya que no se ha podido ver a una sola mujer que hiciera lo mismo, investiga otros detalles mientras camina cabizbajo. En la primera tienda del centro comercial, el detector de la entrada y salida, que por cierto no sirve de nada porque siempre creen que ha sido un fallo de la máquina o algo que lleves de otra tienda anterior, te marca con rayos infrarrojos para todo el tour. Si en la primera tienda te encuentras a otro de tu clase, saldrás de la última tienda con él. Si ves a alguien que no quieres saludar, en cada tienda por mucho que ella diga “voy a entrar en esta que siempre miro el escaparate pero nunca entro”, le verás incluso en esa. Si entras con desconocidos, ten por seguro que acabarán siendo conocidos, e incluso os sonreireis alguna que otra vez.


Nota: Todo hombre niega ser un Homo Centralis, por lo que el estudio ha requerido de muchos años de anotaciones secretas para poder ver la luz.
Silenciodeluna21 de julio de 2010

10 Comentarios

  • Vocesdelibertad

    jajajajaja jajajajajajaja es cierto! mi esposo se limita a decir ¿van a entrar? ¿acaso van a comprar? una blusa aquí les cuesta el triple que cuando la compran en los "chinos", bueno eso cuando habla en plural (a mi hija y a mi), realmente no somos de marcas, ni de pisto jajajajajaja. En este sentido da más lata mi hija cuando compra pantalones y se los cuelga todos a él en el hombro, entonces sí que intercambia sonrisas con todos los consumidores jajaja.

    Eres bueno!!! lo que me molesta es que te ausentes tanto, te mando un saludo con cariño.

    21/07/10 05:07

  • Danae

    Suscribo que realmente existe el Homo Centralis. Una faceta más de esa masculinidad que entra en el ámbito de lo entrañable. Y lo gracioso. Aunque a él ir de compras maldita la gracia que le hace ...
    Textos así alegran la mañana, o la tarde, o la noche ... o las madrugadas (lástima que no lo he leído de madrugada).
    Un beso con todo cariño para ti.

    21/07/10 10:07

  • Silenciodeluna

    Voces, es verdad que me he ausentado mucho, pero ya estoy de vuelta con fuerza. Peor sería no acompañar a esa mujer segura de lo que quiere hasta que empieza el tour y se vuelve loca compre o no compre jejejejejj

    Un beso con doble tiro de cariño

    22/07/10 10:07

  • Silenciodeluna

    Danae, esto forma parte de lo entrañable y misterioso. Los homo centralis no contemplan la opción de no ir, eso se deja para el hermano gemelo.
    Alegrarte siempre es un placer y que siga la fiesta!

    Un beso granizada de limón, vecina

    22/07/10 10:07

  • Mejorana

    Jajajjjajajjajja.
    Por eso yo nunca llevo conmigo a mi hombre cuando voy de compras.
    Me voy conmigo y soy la reina del mango.
    Qué divertido eres joé.

    22/07/10 09:07

  • Mary

    Que bien voy a dormir habiendo reido tanto. Por lo que parece tu
    te has tragado varias sesiones de compras, pero es algo a lo que os
    teneis que resignar los hombres, vallas con la novia, la hermana, la
    amiga, quien sea, el hombre acaba llevando todas las bolsas.
    Mi hermana para que su marido no se queje le compra un helado,
    mientras mas tiendas quiera recorrer mas bolas le carga al cucurucho.
    A sido muy agradable leer esto, como todo lo que escribes. Besoss.

    23/07/10 01:07

  • Silenciodeluna

    Mejo, me gusta ir de compras, es tiempo para pensar, nuevas inspiraciones, cotillear conversaciones jejejejej

    Gracias! aunque no cumpla a rajatabla lo de los andaluces están to er rato contando chistes, ser divertido es importante

    Un beso blanco y espectante

    23/07/10 10:07

  • Silenciodeluna

    Mary, varias sesiones no, muchas. Ha sido mucho tiempo invertido para poder sacar a la luz pública esta conclusión. Buena idea esa del cucurucho mmmm y en invierno una sopa? jejeej

    eso sí que es gratificante, saber que alguien se va con una sonrisa a la cama después de leerme.

    Un Beso fresquito, compañera

    23/07/10 10:07

  • Serge

    Pepe:
    Esos estudios debieron ver la luz hace mucho tiempo, cuando los hombres vamos con las mujeres a las tiendas comerciales sólo servimos de cargadores o de guardaespaldas.
    Muy gracioso y cierto tu texto.

    Un abrazo.

    Sergio.

    12/08/10 10:08

  • Silenciodeluna

    Lo que más me gusta y por lo que escribo estas cosillas cotidianas, es confirmar esa parte que muchas veces pasa desapercibida y que nos iguala.

    Un abrazo, hermano

    13/08/10 01:08

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