Se extiende la mañana ante mi cuerpo acurrucadamente silencioso.
Pequeño entre las sábanas.
Intento reconocer sus caprichos
Advertir sus señales
Pero me niego a salir sin mi sombra.
El viento sabe lo que trae este día.
Nace una mañana gris
simple, callada, eterna.
Que juega con los pájaros
y ríe ante la perplejidad de los caminantes
que se dejan ir lentamente hacia el sol.
Nace un mañana
y yo aquí dentro de este cuerpo callado.
Me siento soleada, ruidosa, simplemente feliz y con mi sombra.
Mis queridos amigos, nunca dejo de volver a estar entre ustedes y acá les dejo unas simples palabras que acompañaron mi sábado despertar.
Cariños.
Sill