Mis pasos me invitan a conocer veredas ajenas
donde ya no están los árboles de "mi vereda"
que por años han aguardado ansiosos mi llegada
y han evitado que una lluvia me mojara.
Mis pasos creen que ya es tiempo
de dejar mi cuarto pequeño
adornado con cortinas rosas
y buscar aquel balcón que me permita volar.
Mis pasos traducen la ansiedad de estar sola
de encontrarme con mis silencios y mis gritos
permitirme ocupar espacios prohibidos hoy
para mis hojas y mis libros.
Mis pasos me quieren llevar rápido
a un tiempo de experiencias intensas
que me ayuden a crecer lejos de casa
y que estas voces resuenen como sabios consejos.
Mis pasos me muestran qué fácil es crecer
y yo los sigo sin miedo alguno;
lo extraño es que mis lágrimas no corren aún
será porque los días de verano son largos.
Mis pasos son firmes y en ellos confío
este paseo será largo como el río
y será venturoso como el amanecer.
Mis pasos son de luna nueva
y yo voy tras ellos aunque nadie me espera,
sólo un tiempo de dicha y de reencuentro con mis letras.
