Un canto mudo se ha escuchado, en los rincones lejanos,
Hay voces que no hablan, ni palabras que se expresan.
Hay sueños olvidados, y jóvenes marcados,
Por las heridas del pasado de sus malas experiencias.
Sin melodías el canto se acompaña, solo de
Melancolía su cuerpo se baña.
¡Hay del cantor que quiera cantarlo!
¡Hay de aquel que ose escucharlo!
Porque quien lo canta queda marcado, y el que lo
Escucha en llanto termina ahogado.
No hay nada que de eso los rescate, decisiones propias
Que sus destinos abaten.
Mejor déjalo nadar, en los mares del olvido, que se
Pierdan sus caminos en busca de un cantar.
Que no encuentre oído alguno que lo quiera escuchar,
Ni un corazón sufrido que lo quiera abrigar.
Que se muera, sí mejor que se muera, para que no sufra
Más, largo ha sido su recorrido sin poder encontrar,
Aquello que pensaba lo haría olvidar, las penas, si las penas,
Que su cuello adornaban tras su caminar, que tristeza me da,
Saber que no puede más, que hasta aquí ha llegado,
El fin de aquel canto escuchado.
Mi amigo Antonio como siempre presente este poema es un reflejo de muchas cosas sucedidas en una semana dificil, no es de este momento pero en este momento fue preciso publicarlo.