Aquella cama con sabanas blancas impecables. Mil tubos saliendo de tu cuerpo, tu pecho moviendose lenta y apaciguadamente. Esa cara de angel, de no haber roto un plato en la vida, durmiendo.
Y yo ? Yo a tu lado agarada a las barras de la cama de hospital, sin pensar, sin llorar, solo mirandote. Recuerdo como te contaba historias, o bien te recordaba todas nuestras aventuras y ahi si, ahi lloraba.. el hecharte de menos era inevitable.
Rutinario, cada Sabado por la tarde me acercaba a verte. Daba igual, Segovia o Madrid, como si me tenia que subir al monte mas alto del mundo o irme al infinito solo para verte una ultima vez. Y el ultimo dia, alli tumbada al lado tuyo.. deseando mas que nada en el mundo abrieses los ojos, me di cuenta. Descubri que si es posible que dos personas se conozcan y simplemente conecten. Que no importa las veces que os veamos, que discutamos o los 93 kilometros que nos separaban. Una conexion capaz de llevarte a hacer mil locuras, a aprender el uno del otro y a depender de otra persona. Yo, la mas independiente del mundo, alli estaba.. Dandome cuenta de que por una vez, por una vez dependia de ti. Mi mejor amigo.
