Cuando pasamos unas semanas en algun sitio diferente, acabamos acostumbrandonos sin darnos cuenta. Me acuerdo perfectamente como me acostumbre a dormir hasta las tantas en esa habitacion en la pasaba los mejores momentos todos los veranos. Como al levantarme abria la ventana y las calles estaban llenas de actividad, dentro de lo que cabe. Y sin desayunar directamente me aseaba me vestia y salia a la calle sabiendo de sobra donde encontrarles. Alli en nuestro sitio estaban.
Acabe acostumbrandome a despues de comer cojer la toalla y salir pitando por la puerta, montarme en su moto o directamente pasear hablando con ellas, hasta llegar a nuestro pantano. Se me quito el miedo a saltar desde rocas de 6 metros sin saber como de hondo era aquel pantano. A tomar el sol en la roca mas alta y ver como saltaban los peces de agua dulce.
Y despues de esas tardes tan cansadas me acostumbré a llegar a casa y hecharme una siesta, por muy tarde que fuese. Me acostumbré a despertarme de esa siesta nocturna con el sonido del timbre y saber que ellos estaban abajo esperandome.
A darle las buenas noches a mis abuelos y salir a la calle , a reir como si tubiesemos 5 años de nuevo, y no importarme que hora fuese. Me acostumbre a cojer y pasear en su moto por los pueblos de al lado. Me acostumbre a ser libre, a ser feliz. Los mejores veranos y me acostumbre a ellos.
No lo pude evitar eran sencillos y PERFECTOS. Y quizá no me tenia que haber acostumbrado puesto que se que eso en verano ya se acabó, porque sin el ya no quiero acostumbrarme a ese lugar nunca más. Porque se que sin el ya no volveré, igual que el no volvera con nosotros nunca mas.
sintia, me ha gustado mucho este texto, me trae muchos recuerdos de años pasados, y estoy muy deacuerdo contigo, uno se va acostumbrando a las personas, y a veces es dificil cuando ya no estan con nosotros, un gran beso, saludos!!