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Capítulo 17: Hasta El Final

Que la has perdido?! me grit.
Fue sin querer consegu murmurar.
Cuando tienes a alguien unos miles o millones de aos mayor que t enfrente con una cara de estar verdaderamente enfadado, suele entrar pnico. Y era lo que me hubiera ocurrido de no ser por la maravillosa persona que tena a mi lado en ese momento y que resultaba ser mi amor.
Sin querer, dices? Encima iba a ser queriendo. Adems, por qu la llevabas expuesta? me segua regaando.
Solo la usaba de adorno, un colgante. Me pareci la mejor forma para llevarla conmigo y no perderla me excus.
Pues mira lo que has conseguido: que te la roben.
Ella no poda saber que alguien se la fuese a quitar del cuello intent disculparme Will.
T, cllate. Y t me dijo Samuel ya ver que hago contigo. Ahora me marcho, y no os metis en ms lo, aunque sera complicado meter aun ms la pata.
Me derrumb en el sof en cuanto le perd de vista y Will me pas un brazo por los hombros.
Ya vers como todo se arregla me consol.
Si tiene razn! Fui una tonta, siempre lo llevaba al cuello, pero al menos tapado con una camisa. Me equivoqu al exponerlo.
Puede, pero ahora no te preocupes por nada. Estamos de vacaciones y tan solo quedan dos das para fin de ao.
De acuerdo, me olvidar del tema hasta ao nuevo. Ao Nuevo, Vida Nueva.
A m me gusta la que tengo contigo y me abraz y me bes como tantas otras veces.
* * *
La Nochevieja fue una locura. Celebr las campanadas con mis padres y luego me dejaron salir una hora, algo milagroso tratndose de ellos. Esa hora la pas con Will, contemplando el ro de la ciudad. Aquel era un sitio donde solan ir las parejas esa noche, algo as como una tradicin de la ciudad.
Aquel ro, que siempre lo haba visto lleno de nios en verano y fro y desolado en invierno, ahora pareca una lnea de plata, alumbrando a todas las personas.
Nunca me habas trado aqu y es muy bonito me dijo Will.
En realidad nunca haba venido aqu de noche y menos en Nochevieja. Por el da es muy sombro.
Pues me alegra que hayamos venido.
Una hora mgica, pero corta. Sin embargo, era otro lindo recuerdo que nadie me podra quitar.
Ins lleg al da siguiente muy contenta y hablando, o ms bien farfullando, italiano.
Qu tal? le pregunt.
Molto buono. Roma bellisima.
Nada ms? sabiendo que me iba a responder.
Le adoro! Nunca pens que alguien pudiese fijarse en m no por mi aspecto, sino por como soy por dentro.
Vamos, que Ivn y t ya os habis liado.
S. Y t qu bien que te hayas reconciliado con Will. No soportaba verte tan deprimida, como si la vida no te importara.
Ahora ya est todo solucionado. O casi.
Un da antes de empezar las clases volvieron Luna y Hiela. Despus de los saludos tocaron las confesiones. Ellas haban visto la tumba de los padres de Luna y la suya propia. Eso deba de ser doloroso, no solo ver a sus padres muertos, sino ver cavada su propia tumba, su lugar de descanso eterno.
Luego me toc a m. Se alegraron de que estuviera con Will, pero tambin se asombraron al saber que me haban robado el zafiro.
A ver cmo solucionamos esto murmur Hiela.
Seguro que hay una solucin bien simple coment Luna, muy optimista.
Esa tarde vino Samuel a vernos. Mientras le contaban qu haban hecho al otro lado del ocano, Hiela se qued en blanco. Totalmente quieta.
Es otro ataque. Vamos dijo Samuel.
Espera, es diferente anunci Hiela al salir del pasmo.
No hay que perder tiempo, dirgenos a donde va a ocurrir.
Como la otra vez, Hiela nos gui a travs de las calles hasta llegar a un callejn, cmo no, siempre el mismo lugar sin gente. Esta vez estaba Nicanor en el centro, sin Will, lo que me extrao mucho.
Has venido t dijo al ver a Samuel.
S, pero como espectador.
Quin va a luchar? pregunt l.
Eso deberamos preguntrtelo nosotros. No est Will, as que no habr pelea dije.
Te equivocas, nia. Luchar yo.
No tienes piedra dijo Luna.
Ni ella me seal , porque la tengo yo, as que ya tengo mi zafiro.
Cllate, ladrn. Te juro que la recuperar.
Ja, t sueas.
Hurg en un bolsillo y nos mostr MI zafiro. Yo ech a correr hacia l, decidida a recobrar lo que era mo. l la lanz al aire y una extraa bruma negra envolvi la piedra. Me detuve a un metro de l, mirando lo que suceda sobre su cabeza.
Durante un breve momento, el zafiro brill. No poda creer lo que vi despus de aquel destello.
Es imposible murmur.
Maldito seas o decir a Samuel.
La piedra que antes haba sido azul ahora era negra. La cogi y la observ, luego me mir a m.
Ya es MI piedra dijo con autoridad Nicanor.
Puede que no tuviese poderes, que no fuese ms que una chica corroda por la rabia. Pero se lo haba ganado, l me haba robado algo que era parte de m.
Me abalanc sobre l, pero una rfaga de una extraa neblina me detuvo. No saba por qu, pero no poda moverme y me senta aturdida.
Djala! No sabe a lo que se enfrenta grit Hiela y vino a mi lado.
La dejar dijo y me sent liberada, pero tambin me estamp con la pared.
Son un golpe seco cuando mi cabeza choco contra los ladrillos grises y fros. Me qued en el suelo, sintiendo como me caa sangre gota a gota. Consegu levantarme, ayudada por Hiela.
No te acerques a l, Sam me susurr ella.
Ser
No malgastes saliva por alguien as.
Tienes razn, mejor malgasto energa.
Me acerqu al centro del callejn para verle de frente. Aun me quedaba el poder de crear y lo utilic. Una espada larga pero ligera a la vez y muy fina apareci en mi mano.
No, Sam, detente! o que gritaba Hiela.
Me plant frente a Nicanor y l me mir con aires de superioridad.
Te crees que me vas a vencer con eso? chasque los dedos y en un segundo un rayo negro me lanz hacia atrs. A pesar del dolo me volva levantar y me acerqu algo ms a l, con espada en mano.
Iba a lanzarle la espada, como si fuera un dardo, pero neg con la cabeza y otro extrao rayo negro, ms grande que el anterior vino hacia m.
Hiela! exclam al ver que se interpona y le alcanzaba el rayo.
Nicanor avanzaba hasta a m con rapidez y me cogi por el cuello.
No vuelvas a amenazarme me dijo y me lanz contra el suelo, al lado de Hiela. l se marcho.
Me levant y me acerqu a ella, al momento estaban tambin Luna y Samuel. Tena una gran herida en el pecho, justo en el centro. El cabello negro se le pegaba a la cara, humedecida por el sudor. Sus ojos, de un azul brillante, estaban ahora apagados. Sus respiraciones eran demasiado pausadas. Se estaba muriendo.
Hiela, Hiela, por favor, reacciona le dije.
Venga, eres fuerte, sal de esta dijo Luna.
Ella abri los ojos.
Od, s que de esta no salgo nos deca dbilmente , por eso luchad hasta el final.
No digas tonteras, vas a salir de esta la contradeca Luna.
Esto ha sido culpa ma, si no hubiese sido tan terca l no
Cllate, Sam. Eso ahora da igual. Adems, t has hecho que yo este aqu, me has creado no lo olvides cada vez su voz era ms suave, calmada y dbil. Sentamos como se le escapaba la vida en cada espiracin.
Pero
Hasta el final dijo y cerr los ojos.
Las dos, Luna y yo, estbamos llorando. Hiela ya no respiraba y por mucho que hubisemos intentado reanimarla no hubiera servido de nada. Se nos fue.
Cuando su cuerpo no albergaba ya ni una sola gota de vida, ocurri algo muy extrao. Se convirti en miles, millones de gotitas de agua y subi hacia las nubes.
Se ha muerto murmur Luna.
Ha sido bonito mientras dur dijo Samuel , ahora volvamos.
Nos levantamos, aun llorando, sufriendo por la prdida. Me puse al lado de Luna y le cog la mano.
Hasta el final susurr.
Hasta el final.
Y nos alejamos de aquel callejn en el que haba pasado los peores momentos de mi vida.
Sobras24 de enero de 2009

3 Comentarios

  • Purple

    Olas sobras, un capitulo genial y muy triste...
    pobre hiela
    un beso chaussss

    24/01/09 01:01

  • Diesel

    Adi?s a Hiela, Sobras... has dejado su ubicaci?n en el centro mete??rico de mis imaginaciones y la veo convertida en nube de vapor de agua. Muy bonito tu relato fant?stico.

    24/01/09 01:01

  • Sobras

    Gracias a los dos. Y Hiela se fue tal y como vino.
    Besos y ciao.

    24/01/09 01:01

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