TusTextos

Cuándo una Madre Se Va

Qué más da si la vida es tan corta y ya no estás aquí junto a mí.
Qué más da que los cielos se nublen y las noches se turben, si ya no estás aquí, junto a mí.
Recuerdo la última vez que te vi junto a mí, apretabas mi mano tan fuerte que pude ver el dolor reflejado en tus ojos, en mí, en tu ser, en mi existir, en tu sufrir.
Recuerdo esa noche como si fuera ayer, como si fuera el último recuerdo de mi vida, el último recuerdo de mi memoria.
Recuerdo, que me escribiste una carta despidiéndote de mí. Al principio no lo entendí, pero, después que te vi tumbada en esa vieja cama con tu mirada sin vida y los ojos sin llanto, lo comprendí.
Como todo lo que recuerdo, recuerdo cada párrafo de esa carta, cada palabra, cada coma, cada punto, cada letra. La carta decía así…
Hijo mío, mi cielo, mi mar, mi esperanza, mi luz de vida, pedazo de mi, regalo del cielo, te quiero tanto, que cuando leas ésta carta espero me comprendas, que comprendas a la vida y que no la juzgues sin antes saber lo importante que es.
No te desvivas trabajando día y noche, porque no todo en la vida es comodidad, lujo y riqueza; también existen otras cosas indispensables, mi amor, la amistad, la humildad y sobre todo que no se te olvide nunca la familia, tu familia que te quiere, que te apoya y aunque muchas veces tenemos que partir, no te detengas, hijo, eso sólo son obstáculos, son piedras en el camino que debes hacer a un lado o simplemente saltarlas sin que te afecten demasiado.
Hoy, me encuentro en esta cama sin poder hacer nada, muriendo de ganas por verte, me gustaría en este momento, salir corriendo, tomar mi auto y salir a buscarte, para así, poder verte, para despedirme, para decirte adiós como es debido, pero no, no puedo, estoy aquí tumbada en esta cama, enferma, viéndote en una fotografía puesta sobre el buró; te ves tan alegre, tan sonriente y despeinado que da risa de verte así, mi niño. Sólo, quiero decirte que te quiero.
P.D: No quiero que sufras a causa mía, ¿Cómo podré yo lograr eso?-

No se mamá, dímelo tu. Fue el primer pensamiento que tuve. Porque aunque mamá haya escrito eso, yo no puedo evitar el no sufrir. Sigo sufriendo hasta el día de hoy, no me importa nada, quiero morir junto con mi madre, descansar a así, a su lado, pero sé que si muero ella no estará contenta conmigo y no quiero que sufra tampoco estando en el cielo…
Sol26 de noviembre de 2014

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