Me gustaría comportarme como un ser civilizado, presentándome por mi nombre, sin embargo, lo he olvidado, tras tantos años encerrado detrás de los barrotes.
Ojalá solo hubiera perdido la noción de mi nombre, pero tampoco soy capaz de recordar los días que llevo encarcelado. En realidad, no recuerdo haber sido libre o sentir el aire puro Tengo la sensación, de que si por lo menos supiera cuál fue mi delito, esta jaula no me oprimiría tanto. Pero lo peor, es que sé dónde encontrar esa respuesta. Al lado de mi prisión hay un cartel que no sé leer