Si algo he aprendido es que es increíble como la vida puede cambiar en un simple instante, en un abrir y cerrar de ojos. Puede suceder algo bueno o malo, regalarte algo que te traiga muchísima alegría o, por el contrario, puede hacer que se te caiga tu mundo encima. Hay que saber disfrutar porque en cuestión de un microsegundo la vida puede dejar de latir.
Digo esto porque el remordimiento y la culpa me están atormentado. No supe ser clara ni abrir mis sentimientos a aquella persona por la que mi corazón latía, no pensé que nuestra historia un final tendría, mucho menos, tan trágico y que me ha dejado en ruinas. No me esperaba que nuestros caminos de la noche a la mañana se bifurcarían& Y es entonces cuando las cosas que no te dije han emergido entre palabras y rimas.
Si hubiese sabido que aquel día sería la última que te vería, te hubiese observado con tanta atención que tu recuerdo nunca se borraría. Si hubiese sabido que sería la última vez que tu voz y un te quiero tuyo escucharía, lo hubiese grabado para oírlo diariamente como si fuera la más bella melodía. Si hubiese sabido que sería la última vez que tus ojos y tu sonrisa vería, los hubiese retratado para poder verlos todos los días de mi vida. Si hubiese sabido que sería la última vez que te abrazaría, te hubiese abrazado con tanta fuerza que de mis brazos escaparte no podrías. Si hubiese sabido que sería la última vez que mi mano sostendrías, la hubiese sostenido con tanto coraje que mis huellas no se borrarían. Si hubiese sabido que aquel sería el último beso, no te hubiese liberado hasta quedarme sin aliento. Si hubiese sabido que serían los últimos minutos que contigo compartiría& Te hubiese hecho la declaración de amor más bonita a través de versos y rimas.
Que poco dura lo bueno y que rápido se olvida& Me considero una tonta por no decirte las cosas cuando te tenía y me perseguirá siempre la duda del qué hubiese pasado si hubiese compartido contigo todo lo que hoy estoy en papel estoy plasmando.
