Ella siempre guapa, diva.
Diosa poderosa.
Reina misteriosa.
La piedra preciosa, en su corona.
Gracia divina para quien sobre él sus manos posa.
La niña bonita,
que todas las penas te quita.
Bendita la voz empoderada
Que canta a coro la paz.
Caída del cielo en la tierra estrellada.
Ángel herido de su sangre salen rosas.
Que cubren la ira recelada.
En su corazón no hay duda, ni guerra entre la noche y el día.
En ella reina la armonía
Hasta cuando llora
las lagrimas de pena, blancas como la nieve.
Cubren las cimas inmaculadas de las montañas.
y llueve.
Se hace invierno.
Pero sana y florece en rosas azules y margaritas.
Primavera que se excita al verano y se calienta el mar al sol,
Las nubes naranjas arropan como el manto de cabello sobre su espalda.
Te cuida.
Te da ojos cristalinos para creer lo que ves.
Y unas manos para recibir lo que das.
Siempre cálida acaricia a los únicos que nunca se marchitaron.
Para unirse en ella.
Al amanecer.
Cuando las plantas de sus pies se tornen de fuego.
Por bruja, hechicera,
Hija de Lilith, Artemisa y Flora.
De la madre que en su bajo vientre reina venus
Hécate e Isis.
De todas las Musas
De las Nornas y las noches valquirias.
Por hijas de la madre tierra.
Con piel de luna.
El castigo que nos hace más fuertes.
Y es que el fuego purifica, resurgimos de las cenizas.
Como el Ave Fénix
Únicas en nuestra especie.
Diosas de la unidad.
