Después de mucho buscar por los recuerdos, he hallado la condena que poseía encadenado mi corazón. La blasfemia me producía ceguera, insomnio y pérdida de hambre. Por no hablar del inmenso número de horas desperdiciadas a causa suya. Para mi desgracia era una doble maldición, pues hacía que mi razón apareciera envenenada con cada sueño, cada idea, cada suspiro. Y ni siquiera me dejó nada palpable a lo que aferrarme en las ráfagas de lágrimas que me procuraba. Aún no sé quién me maldijo, ni por qué, pero me sancionó con el amor, el peor suplicio jamás sufrido. Y ahora que he revelado el enigma, y se ha quebrado la condena, deseo más que nada que vuelva. Pues ha comenzado una nueva maldición, la maldición del recuerdo. 05-04-15
Os animo a que también intentéis crear un texto sin ninguna "t", es un ejercicio que he sacado del blog Literautas.
Yo deseo siempre lo mejor para que seas mas feliz....aunque no nos conozcamos cuando he ido leyendo poco a poco las palabras que el corazón ansia por expresar.....esas ráfagas de sensaciones que a mi llegan del alma que libre aquí se expresa.....me diría si....o no....pero la verdad....sólo puedo expresar una idea...una sensacion.....eres libre....no eres...eres amor...y eres tu.....la última t...no la pude evitar....un beso....gracias por tu reto...
jooooo!!! he puesto otra.....alaaaaa!!!! y otra más....
:-) :-) :-) B-)