Y ya no me queda otra que ahogar mis penas en el alcohol de los poetas, las letras. Limpiar el maquillaje a base de lágrimas después de una noche de fiesta. Mi mirada es como la de un perro frente a la tumba de su amo, decaída; mis andares se han tornado sumisos y mis palabras sin respuesta. Me falta la seguridad que aporta el sol en los días de verano, la confianza de una amistad que no va a ratos, la alegría de una sonrisa que es sincera. Necesito la ilusión de saber que el día bonito va a llegar, la esperanza por aprender a reír y un sueño que no termine en pesadilla. Quiero una guía ya dada de cómo lidiar con las modas, con las personas que buscan seguir esas modas.
Me gustaría integrarme desde el núcleo, ser cómo el resto y no fallar al intentar parecerlo. Quiero saber qué falla, qué hago mal, en qué maldito lugar puedo ser entendida y valorada tal y como soy, quiero que llegue ese "en unos años me lo agradecerás" que tanto me digo. 18-06-16