Vida, horrible tesoro,
tobogán de casualidades;
qué difícil es escalarte
y que rápido nos empujas.
Qué elección, más la del campeón,
tenemos ante tu incesante rugir;
qué verano no nos desatas
de tus cadenas de sociedad
para atarnos con cuerdas
que son de sol y azahar.
Vida, agradabe sacrificio,
coctelera de sentimientos;
qué difícil es saborearte
y qué rápido nos amargas.
Qué pesar, más el del perdedor,
tenemos ante tu intermitente silencio;
qué invierno no nos liberas
de tus flechas de locura
para amenazarnos con espadas
que son de nube y cicuta. 4-11-16
