TusTextos

Para Hablar de Dos Primero Hay que Empezar por Uno Mismo

Aún a estás alturas no se con precisión que me hizo ceder y estar con él. No se si fue la pena o fue la presión de el típico, parece buen chico, va dale una oportunidad, que pierdes? Maldigo cada día el momento que le dije que sí. Me arrepentiré toda mi vida de haber estado con él. Que me dio? Tampoco lo sé... Sí bien es cierto que, al principio, aunque yo no estaba totalmente segura del todo, él consiguió que lo estuviese, es más, consiguió que le quisiera, sabiendo que consiguiendo eso, ya me tendría a mi del todo. Con esto me refiero a que, cuando yo quiero a alguien, sea con más intensidad o con menos, lo doy todo sin miramiento. Ahora mismo, no recuerdo lo bueno, en esa relación, no más que tres meses contados, mientras el paralelamente iba preparando el terreno. Donde quiso llevarme y hacerme suya de una manera obsesiva. Nadie supo hacerlo mejor que él, se llevo todo a su terreno; llevando-se bien con mis amigos, “pretendiendo” hacer creer a la gente que, me cuidaba más que nadie, o ahora bien, mejor que nadie podía hacerlo. Sí, eso quería dar a entender porqué después la realidad fue otra, muy distinta. Por donde empezar... ¿Celos? Esa palabra no existía en mi vocabulario, cuando estás con alguien se da por supuesto que, no va a haber nadie más, si estás con alguien es porqué realmente con la única persona que deseas estar y deseas fijarte es ella o él. Y no hay de que preocuparse. Pero no fue así y no solo fueron celos, no se quedo en eso, si no en los celos ligados a la obsesión, lo que yo considero que no era amor. Me tenia en tal pedestal, tan alto, que era capaz de hacer cualquier cosa para que nadie llegase allí. Y cuando digo cualquier cosa, es cualquier cosa. De una de las que más me arrepentiré siempre fue la de ceder cuando me dijo que me prohibía hablarme con amigos míos, sin darse cuenta de que lo único que conseguía era que yo me aferrase más a ellos y me separase más de él. Cedí, por amor? No lo sé... La verdad es que sería la última opción en un ranking. En ese momento, la primera opción era por no escucharlo. Las discusiones eran constantes, daba cualquier cosa por no oírlo gritarme, por no oírlo prohibirme cada vez más, cuando digo oírlo, también es leerlo. Era un obseso por saber de mi las veinticuatro horas del día, yo era su propio aire vital. Que peor invento para mi que, que apareciese el whatsapp... Aunque antes de eso el messenger, donde quizá me tenia que incluso que pasar horas discutiendo a altas horas de la noche, teniendo que madrugar yo al día siguiente, solo, por acabarlo y no querer saber lo que me esperaría al día siguiente si no le contestaba y lo dejaba allí plantado delante de la pantalla del ordenador viendo como mi emoticono salia en gris claro y ponía “Cerró sesión”. Lo que hubiese dado por haber tenido el coraje para hacerlo. Y como decía, apareció el whatsapp, que peor manera de tenerme más aferrada a él, más controlada que nunca. Que menos, que así, tenía toda la seguridad del mundo de saber con quien hablaba siempre o a que contactos tenía agregados, eso hizo. Cada vez que me veía, no dudaba en registrarme el móvil, las conversaciones, los contactos, en borrar alguno si él mismo creía conveniente. Decidí que todo se acabase, como? De la peor manera posible actué, me aferre a otro chico, y me arrepentiré también siempre. Fue lo último que debería haber echo. Pero cosas así, ahora cuando las pienso, me hacen darme cuenta de que sola no podía con todo eso. Y ya ves, solo tres meses más tarde, volví a caer en su trampa en su juego. Confié, no se porqué, no se que me llevo a hacerlo... Pero volví. Para sufrir todo aquello que había sufrido en doble partida. Y además, que menos, que sabiendo que en esos tres meses que había estado sin él, fue capaz de perseguirme y acosarme, no en el amplio sentido de la palabra, de diferentes maneras. Y aun consciente de ello sigo sin comprender que me paso por la cabeza aquel día... Pero lo hice y ya no hubo vuelta a atrás. Volvió a pasar lo mismo, ilusa de mi, es lo que me pasa por confiar tanto en las personas, en que las cosas pueden cambiar, en que no puede ser todo tan malo lo mismo que me a echo volverme todo lo contrario. Cuando hablo de que sufrí por partida doble, fue tan real, como que lo único que se apodero de mi, fue el miedo. Hacía él. Ya no cedía a las cosas por evitar discusiones, ahora lo hacia por miedo, y aunque, aveces fui capaz de sacar un poco de orgullo para evitar verle o cualquier cosa que hiciese que no estuviésemos juntos, el ganó la partida. Siempre llevaba ventaja, siempre. Era tan mayor el miedo, que incluso aveces, temía físicamente. Pero por suerte, nunca fue así. Aunque psicologicamente estaba totalmente sometida a él. Aveces me paraba a pensar y el echo de no ser capaz de dejarlo por él miedo que le tenia, me hacía verme toda mi vida con él. Me veía completamente hundida. Como cuando llegaba a mi casa después de estar con él... Llorando todo el camino de su casa a la mía. Tragando saliva de la mía a la suya. Fingiendo como una hipócrita con él. Me derrotaba el pensamiento constante de una vida a su lado, no era lo que quería, era lo que parecía que iba a ser... Como persona que soy, había cosas que necesitaba contar, no siempre podía fingir con la sonrisa falsa. Que mejor que los amigos para contar las cosas, aunque aveces contar estás cosas conllevaba escuchar comentarios que no me gustaban, pero que tenían toda la razón pero la sumisión a la que yo misma me había dejado llevar me impedía ver más allá. Llegue a pensar que incluso lo que tenía era lo que yo me merecía. Y lo volvía hacer mal. Me volvía a aferrar a otro, a un buen amigo, que pretendía ser más que eso. Y con los ojos cerrados me deje ir guiando por promesas que después no se cumplieron. Sí, ligada a aferrarme a esa otra persona y el contárselo a mi madre conseguí poder dejarlo. Pero no sin secuelas. Jamás olvidare todo lo malo que viví con él. Porque aquí no e escrito ni un diez por ciento de las cosas que me hizo. Y que siguió haciéndome después de dejarlo por segunda vez y empezar otra relación con ese chico. El cual, fue otro error, no por él, si no por mi, ni él estaba preparado para una relación ni yo. Fuimos más que amigos pero menos que novios y termino por acabarse, le quise, pero no lo suficiente como para no darme cuenta de que todo lo que me había dicho al principio eran más que un sarta de mentiras que nunca se cumplieron, era una relación donde cada uno hacía su vida paralela y tampoco me hizo bien, la verdad que como ya e dicho cuando quiero, lo doy todo y ya ves, me volví a quedar sin nada. Y además por en medio, él no dejó de aparecer de diferentes maneras como incluso llegándome a perseguir con el coche. ¿Miedo? Bueno... La verdad que ya no hay miedo, hay asco y repulsión cuando pienso en él. Superarlo? Difícil, algo así pienso que no lo olvidaré nunca. Y que menos, que, actualmente, todo lo que me pasó, me hiciese cambiar mi forma de ser y mi manera de actuar. Volviéndome desconfiada y falta de un cariño que nunca nadie me dio y que a mi, considerándome una persona que necesita mucho amor de las otras, ahora, es lo que busco.
Symphatetic02 de noviembre de 2013

Más de Symphatetic

Chat