Golpea mi lucidez
la barra de vanidades comunes
ahora que los arcángeles se ríen
de los hombres que olvidan
sus convencimientos
en los cazos de una inmortalidad
que jamás saborearán.
Más de...
-¿Es este, señora?
-No-, y caía en llanto.
Inspeccionaban cada lugar, mientras su voz se tornaba cada vez más rauca. Levantaban cuidadosamente
los mantos para observar la palidez del asunto.
-Lleva...
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