De acuerdo en que la distancia enfría los problemas,
y más si el observatorio es acogedor,
sin esperarlo se te cambian los sistemas
y notas que nunca te sentiste mejor.
Los humos prohibidos ya no provocan llantos,
ni retortijones, ni vuelta a la razón,
arrancan risas y loco agitar de manos,
dulce ocaso de ojos y aromas de pasión.
De acuerdo en que no todo en el monte es orégano
y se apila la miseria a mi alrededor,
que en el horizonte acechan nubes de ébano
y que al parecer las cosas irán a peor.
Me pretende la muerte desde que recuerdo,
asida a mi brazo con sereno tesón,
vuelven las pesadillas y los viejos miedos,
¡ que jodido final, con lo bien que empezó ¡.