Lucho por no encontrarte esta noche. O este día. O el que viene.
Lucho por no ser reincidente de delitos no penados por ley, pero sí por el buen juicio.
Lucho porque sabía que esto pasaría, por mi alevosía con ensañamiento. Y premeditación.
Lucho porque estoy tan jodida que en cuanto me hablan de amor me acojono.
Lucho por no ser yo quien te diga que no. Porque simplemente no lo haré. Diré que sí, otra vez, a tus miserias, y a las mías. A tu mierda, y a la mía.
Lucho porque tengo que empezar a cerrar la boca. A dejar de meter los labios. Y la pata.
Lucho por no tener que encontrarnos, reencontrarnos y descontarnos. Las pocas ganas de vivir.
Lucho porque tengo más ganas de ser yo, que de estar contigo.
Y puñetazo tras puñetazo le voy dando una paliza a mis demonios.
Y puñetazo tras puñetazo sigo revisando la ecuación de por qué no soy feliz, pero siempre termino despejando la misma x . Dándole el mismo valor, obteniendo el mismo resultado, siempre termino igualando a 0.
