Te despiertas y piensas, joder, otro día de mierda. Y si, ya no te vale lo de antes, las personas, las situaciones, los lugares. Ya no te crees que la felicidad se resuma en eso. Quieres buscar otro mundo, otro contexto, pero piensas que para qué, no hay nada nuevo ahí fuera. Y te ciñes a lo de antes, pero miras a la gente y no la ves, no ves nada especial en ellos, ya no juegas ese juego. Ya no te rompen el silencio. No recuerdas la última vez que te hicieron sentir vivo, o sentir algo. Sabes que algo no encaja, quizá eres tú, quizá son ellos, que se olvidaron de lo que va la vida. O de lo que no va, en todo caso& Sabes que algo se rompe, y sigue sin ser el silencio.
Y entonces es cuando abres los ojos a lo ajeno, y ves lo que antes no veías, ves que el amor no se compra en supermercados, pero que sí siguen la ley de la oferta y la demanda, y que tienes que salir a por él, como si fuera el ultimo día en la tierra, como si la Niebla te fuese a arrasar.
Porque la vida no es acomodarse y ya está. La vida trata de vivir.
