Hoy sentí que todo había perdido el color. Necesitaba correr, escapar, gritar, recuperar los colores que siempre iluminan mi camino. Tenía la certeza de donde los encontraría, pero había olvidado como llegar a ellos, como recuperarlos.
Al mirarme al espejo de pronto desconocí el reflejo que me mostraba, se veía frío, vacío, triste, ausente. Me quedé ahí, observando por varios minutos sin saber que hacer. Pero entonces, de repente, mi reflejo dejó de ser el único, brillaron miradas, abrazos y palabras que me hicieron recordar que no estoy sola, que en realidad nunca lo he estado.
Poco a poco mi corazón se fortalece y recupera la luz, una luz compartida, una luz de amor que no solamente ilumina el camino, si no que lo llena de ilusión, de magia y mil tesoros, que estoy ansiosa por descubir...
Tienes un estilo ?gil, ligero, como peque?as chispas que chocan con la mente impact?ndola.
Me ha gustado mucho.
Nos seguiremos leyendo.
Un abrazo.