Nunca he sido creyente, siempre he pensado que si debía haber un ser supremo en mi vida, ese debía ser yo mismo. Y con eso en mente he llevado mi existencia, "Ley de la responsabilidad total" Si algo me pasa, es consecuencia de mis propios actos.
Eso me ha permitido evitar simplemente aceptar malas noticias, si no que dado que son consecuencias de mis actos, significa que mis actos también las pueden convertir en buenas noticias, o simplemente arreglarlas.
Me he mantenido con esa filosofía siempre, pero aquí me ves, en mi 8 noche de insomnio, creo pues ya he perdido la cuenta, rezando para que vuelvas.
Sigo sin ser creyente, pero ya sea al de arriba o al de abajo, no importa a quien le tenga que vender mi alma, si es para pasar una vida feliz contigo, es un precio que pago encantado.
