¿Es normal sentir que el mundo te empuja fuera? Como la pieza sobrante de un gran rompecabezas, como la oveja negra que jamás lo intenta. Así me siento, fugaz, intranquila, desterrada, insegura. Al mismo tiempo libre, desbordante de amor y alma. Como si mi propia mente hubiese creado un nuevo lugar donde alojar, y entonces me pregunto, ¿puedo ser parte de dos mundos?