Ali acaba su trabajo situado en la plaza Tetuan, en pleno centro de Valencia. Un albergue juvenil en el cual trabaja desde hace ahora un año. Es barman y responsable del buen orden de la sala común. Su horario de trabajo es sin duda alguna, lo que mas le agrada: de las 18h hasta las 2h. No se levanta nunca más tarde de las 10h, lo que le deja una gran parte del día errar a sus ocupaciones. Debía probablemente carecer de horas de sueño, pero no lo experimentaba nunca demasiado.
Esta noche, se encontraba un poco raro, extrañas sensaciones le habían recorrido el cuerpo y el espíritu durante toda la tarde.
Esperaba una noche más la llegada de un taxi. Habitualmente, no hay que esperar más de 5 minutos para percibir el blanco coche con luz verde fijada en el techo. Esta noche, lo experimentaba en el fondo de sus vísceras, las cosas iban a ser diferentes.
Tuvo que esperar alrededor de 20 minutos, el tiempo más que suficiente para decidir ir al "Cabañal", zona conocida de Valencia para encontrar sin gran dificultad, algo de fumar, esnifar, inhalar, tragar o inyectarse. Un gran mercado a las puertas de la playa.

- Calle Pescadores por favor - indico al conductor.

El viejo hombre permaneció observándolo extrañamente, como si hubiese podido leer un estado particular sobre su cara.
A Ali le subió un escalofrio en a espalda cuando percibió la parte izquierda de la cara del viejo hombre. Esta completamente desfigurado.
Un único trozo de tejido humano cubre la integralidad de este lado de la cara. No hay ojo izquierdo, tiene totalmente cosida la ventana nasal y esta misma soldada al cartílago central y esta parte de los labios. Todo ello cruzado por la más grande cicatriz nunca expuesta delante de sus ojos. Se inicia en la cumbre de la frente, desciende sobre la sien, bordea la oreja y viene en primer plano terminar su curso en pleno centro de su boca. Ciertamente un implante de piel, ya que bien demasiada suave y satinada de aspecto, para ser la de un hombre de alrededor de 65 años resistiendo a la jubilación, irremediablemente maltratado por los años.
El viejo se volvió, enganchó la primera de las cinco velocidades echándole un ultimo vistazo a través del retrovisor. Ali puso el Mp3 en modo "play", dejando deslizar un sonido electrónico y melódico. Apoyó su cabeza en el borde de la ventana trasera, la mirada intentando analizar las escenas desfilando ante él a la velocidad de 60kmh.
Repentinamente, el taxista se volvió de nuevo cara él.

- Baja aqui joven, no vuelvo a entrar al Cabañal de noche con mi taxi. Serán 6€.

Ali le echó una mirada mucho más constante, de tal punto que el temor pasó a los asientos delanteros. El conductor cogió los euros tendidos por Ali sin levantar el único ojo que le quedaba. Al cerrarse la puerta trasera, el taxi aceleró tal perseguido por un demonio. Ali lo observó alejarse bajo un chubasco que se hacia más constante, preguntándose cómo un hombre poseyendo un tan grande miedo, puede ejercer uno de los oficios más expuestos a las locuras de los Hombres.
Los valientes no son siempre los que salen victoriosos, ni son los más felices, eso, Ali lo sabe muy bien.

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2 Comentarios

• 

  Gabrielfalconi

  muy bien logrado el persanaje del taxista
  sorprende... eso está muy bueno.
  me gustan estashistorias que transurren de noche y en barrios peligrosos
  seguire leyedndo esta historia
  

  08/04/10 11:04

• 

  Tosh

  Merci Gabriel, espero que interes se mantenga hasta el final....algo inesperado supongo. Lo fue para mi.
  Un saludo

  09/04/10 12:04