¿Por qué no me dejas esta noche explorar todos los rincones de tu cuerpo, ahora abrazado al mio, y dentro de poco, paraíso por descubrir para mí?
¿Por qué no me dejas viajar al centro de tu mundo viviendo aventuras que me guíen por el laberinto de tu piel?
¿Por qué no me dejas bautizar tus labios con el primer beso de esta noche que nos esconde bajo su manto de estrellas y nos regala la luz adecuada para vernos a ciegas?
¿Por qué no hacemos de este encuentro una primera vez, tan cargada de emociones que tiemblen nuestros cuerpos con la emoción del misterio y de la pasión?
¿Por qué no detenemos el tiempo en un momento en el que no importen los segundos, ni los minutos, ni las horas,… en el que midamos el paso del tiempo con los besos que nos quedan por regalarnos?
¿Por qué no entregarnos al vuelo infinito en caída libre que damos cuando de las miradas pasamos, poquito a poco, a los besos y a las caricias?
¿Por qué te miro y me pierdo en tus ojos, y fluye por mis venas algo que no es sangre, sino un torrente de pasión que me empuja a tus brazos, donde escucho tu corazón con mi cara apoyada en tu pecho, que me llama rítmicamente en un vaivén de suspiros que piden a gritos que no me vaya?
¿Por qué no dejo de hablar y me respondes en silencio, con la luz apagada, con tus caricias, y con tus besos, y con tu cuerpo, que me suplica, por favor, que junte mis labios a los tuyos y te regale un beso?

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