Prestando manos flotan esos brillos
Y en cada pliegue líquido sostienen
Pequeñísimos cielos de verano
Para echarlos al sol sobre la arena
Los perros y los ojos de la gente
Buscan aún más gente,
Para arrojar al margen del olvido
Los toman y los dejan como olas ligeras
Que ondean en la piel del pensamiento
¿Habrá alguna reserva literaria
Para ésos que pasan fugazmente?
¿Para aquellos que mecen un momento
Nuestra laguna verde y solitaria?