¡mi Diseño Amor!
Muchas veces pensé en volver, tomada de la mano con la desesperación y sonriendo con una mirada pérdida y los ojos bien negros. La destrucción mi amor, el maldito caos de tu voz y un corazón en dos. Con la sonrisa pintada y un par de ojos tristes, viviendo cuando nadie quería vivir. Cruzando rostros perdidos en sus pensamientos y con la piel ardiendo de soledad. Si mi amor, muchas veces pensé en volver para no ser. Refugiarme en mis peores encantos y destruir lo poco que quedaba de mi. ¿Como volver a ser, si no estoy con vos? Y sonreí. Soltando encantos para curar un corazón herido y bailando en el cuarto de un extraño para no sentirte más. ¡Que triste mi dulce amor! ¡Que triste soltarte así!
Y al principio era tan aterrador como encantador. Verte quebrar en dos y volverte a unir, como una foto, como un vidrio o como mi maldito amor. Perdí y no volví. Pero... ¿de que servía esperar? Si al fin y al cabo, no volverías jamás.
Y lloré, entre suspiros de una decisión sin vuelta atrás. Si volvía, ya no podría parar, ya no podría reprimir mis encantos ni mi verdaderos monstruos. Porque mi naturaleza era así, no esperar. No sentir. Ni mucho menos, compartir. Entonces me moví, me deje romper una vez más pensando en la dulce mirada que siempre amaría. En esas curvas de tu sonrisa y el pequeño brillo de amor, que trasmitias. Y me volví a herir, deseando volver y deseando quedarme. Como un vaivén interior, tome la peor decisión.
La desesperación.
Apareció para abrazarme y hacerme sentir querida. Protegida y con sus enormes ojos negros, me envolvió de malarias.
Y sonreí. Casi en transición, tome su mano y me rompí.
Nadie más me lastimaria de esa forma, no necesitaba un corazón para amar ni una persona para compartir. Ya no.
Y mis ojos verdes se llenaron de un negro intenso, si amor... Pensé en volver sin vos.
Y este era mi diseño. Mi diseño de vos, tus ojos y tu voz, partidos en dos. Como un amor que me lleno y que me rompió en dos. Mi dulce niño, ya no soy.
Ya no estoy.
