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A Propósito de la Muerte de un Nuevo Mapuche En Chile

Seguirá ocurriendo, amparado por el vergonzoso e ignorante silencio de todo Chile. Continuarán muriendo mapuches que reclaman la tierra arrebatada, cercada, parcelada en vergonzosas extensiones improductivas por una decena de familias huincas.
Estos latifundios se mantienen allí para la producción ganadera extensiva o para la producción forestal, porque requiere de un menor esfuerzo, de una menor inversión tecnológica y de apenas unos cuantos pares de hambrientos brazos, que trabajarán sin mayor protección laboral y social.
Así ha sido siempre, la ganancia está en el bajo costo de la producción y en la desvergonzada capacidad de mantener trabajadores con sueldos de hambre. Es la triste historia del desangramiento de América Latina, que entrega lo mejor de su materia prima al imperialismo industrializado y a su mercado, a costa de miles de hambrientos y desprotegidos que todos olvidan.
¿La solución? La redistribución más inteligente de la tierra. La reconversión del trabajo ganadero, de extensivo a estabulado, para la liberación de las tierras reclamadas por los mapuches.
Claro, nuevamente nos toparemos con el obstáculo de siempre. La producción estabulada implica mayores niveles de inversión y, por tanto, menores rangos de utilidad en un primer momento. ¿Estarán las familias de siempre dispuestas a sacrificar algo de sus vergonzosas ganancias? ¿Estará dispuesto el Estado a asumir el costo de redistribuir mejor la tierra? ¿Existirán los suficientes cojones para enfrentar la codicia de siempre de los poderes fácticos y darle una salida efectiva a este problema ancestral?

Antes del arrebato, antes del saqueo que comenzó hace ya 500 años, el mapuche, caminaba libre, como amado hijo de la Tierra, en una relación ecológica, sustentable. Se pedía a la Tierra lo suficiente para existir. Llegó el huinca, con otra visión, la Tierra debía ser poseída, la Tierra era una pertenencia, una propiedad y por tanto debía ser cercada, definida, transada en el mercado, cuestión abominada por el pensamiento mapuche. Mientras el huinca cree que la Tierra le pertenece, el Mapuche sabe que él pertenece a la Tierra.

Ansío que llegue el día en que el Mapuche camine libremente por los campos del sur y conviva con la Madre Tierra, como el amante hijo que desde siempre desea volver a ser.
Unsilencioquenocalla15 de agosto de 2009

2 Comentarios

  • Mejorana

    Siento tanta pena y dolor, Silencio, impotencia, que no sé qué decir.
    Si no lo pueden solucionar ellos, qué podemos hacer los demás.
    Y si se puede, dínoslo tu y lo haré gustosa.
    Y seguramente muchos más.

    16/08/09 02:08

  • Unsilencioquenocalla

    El problema, mi bella Mejorana, es que se intenta dar una solución a través de la política. Los políticos comienzan a perder el tiempo en miles de horas de discusión en el PArlamento para hacer leyes y después deben hacer decretos para ejecutar esas leyes que nunca responden a la necesidad de la gente.
    LAs soluciones del mundo de hoy deben pasar necesariamente por la técnica.
    Son soluciones técnicas las que necesitamos y no políticas.

    16/08/09 05:08

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