Debajo
Del fondo más oscuro,
Hay fuego.
No hay aire,
No hay tierra,
Solo hay fuego.
El calor hace presión.
Las llamas,
Empiezan a subir.
El rojo crece.
Estruendo.
El cosmos contiene la respiración.
El suelo se abre,
Y ellos salen.
Sedientos se esparcen,
A la luz de la luna,
Mientras el mundo se estremece,
Con un grito ahogado
Y un niño que murmura.
Ya comienza su danza.
Todo está a la expectativa.
No es armónico, es caótico.
Y bordea el sinsentido.
La carne grita.
El alma llora.
Y el rojo,
Cada vez está más vivo.
En el blanco se esconde el ocaso.
En la pureza, lo sucio.
Y en la esperanza, la mentira.
Solo detrás de la inocencia,
La verdadera naturaleza
De la perversión
Muestra una risa cómplice.
Criaturas deformes,
Bailan en un escenario
Iluminado y decadente.
Parecen gozar del baile.
Del juego.
Solo por instantes,
Pueden llegar a percibir su mugre.
Ese hedor,
Que emana de ellos e infecta el lugar.
Como una fuga de gas,
Ahogando el mismo aire.
Están rotos.
Por fuera, por dentro.
Pisan fuerte,
Y arrasan con todo.
El fuego sube.
El calor aumenta.
Y el rojo,
Cada vez está mas vivo.
