Un día no reconocí tu mirada.
Esa que una vez me demostró cuanto me amabas.
Y me olvide de tu sonrisa,
esa que me hizo feliz en las tardes en que fuiste mío.
Y me dio bronca olvidarme de lo vivido.
Llorar, gritar, reír, no acordarme de ti me había conmovido.
Y de repente recordé tu perfume.
Pero olvide la suavidad de tu piel.
Y vino a mis oídos el sonido de tu voz.
Pero no vino a mi memoria los labios que la pronuncio.
Llego un momento en el que me entristeció no acordarme de ti.
¿Cómo podía ser que ese ser que me hizo tan feliz ya no formaba parte de mi?
volví a verte, te encontré.
Y ahí fue que comprendí que si te olvide fue porque el chico dulce que conocí se había ido de aquí.