No llores más
mi dulce y hermoso
sol que me ilumina,
que con cada lágrima
se oscurece mi mundo,
y ya no veo nada.
Mira hacia otro lado,
que no puedo con el dolor,
y no te lleves
mis lágrimas pegadas
a tus ojos húmedos.
Olvidaste,
que cuando lloras,
sufre quien te ama.
O quizás olvidaste,
quien te ama,
tal vez,
olvidaste por un momento mi sonrisa.
Y si te giras de nuevo,
y ves tus lágrimas en mis ojos,
deja de llorar,
y abrázame.
Que será justo el momento,
en el que más lo necesitemos,
en el que más nos necesitemos.