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Es la Primera Vez que Hago El Amor En un Coche

Lunes, nueve de la mañana, empieza la semana; con una solemne tranquilidad me levanto, preparo el desayuno, pan tostado con queso fundido y zumo natural, (así esta impreso en el tetrabrik).
Voy directo a una ducha rápida y refrescante, soy un hombre que me he auto impuesto esta disciplina y rutina, para no caer en dejadeces, no tengo jefe superior que me imponga ni conducta ni tarea.
Me arreglo, sigo el consejo de mi madre, ella no salía de casa, ni tan siquiera a por el pan, sin arreglarse, de la misma forma que ella me ha educado, me arreglo y me perfumo. He pasado de los cuarenta años reconozco que he crecido en vanidad. Siguiendo con mi rutina, salgo de casa para dirigirme al bar del barrio para tomar mi ración diaria de dos cafés cortados que me acompañan a repasar los titulares de la prensa. Ojeo la situación del país y la de mi región, también para enterarme de las novedades que ocurren en el pueblo, entre los vecinos que acuden a esta cafetería, los hay que saben todos los chismes y novedades de los vecinos.
Regreso a mi casa, donde tengo mi oficina, enciendo los ordenadores, impresoras y comienzo mi labor diaria contesto correos electrónicos, compruebo la situación bancaria. Miro por la ventana, estamos en el final del otoño y la mañana está preciosa, el cielo está despejado, el sol calienta sin quemar. He decidido salir a la calle, mi barrio está rodeado de parques, enfrente de donde yo vivo hay uno que se llama ¨Parque de la Pergola¨. Salgo de la oficina con un cuadernillo y un lápiz, el parque está vacío, no hay nadie sentado en sus bancos, puedo elegir cualquiera de los bancos, elijo el que esta mas apartado del camino por donde la gente pasa para ir al cementerio.
Llevo media hora y nadie me ha molestado, ademas de la gente que transita para acudir al cementerio para venerar los restos de sus difuntos, hay otros vecinos que vienen para pasear a sus perros.
Son las doce del medio día, el tránsito al cementerio ha ido en aumento, es un continuo ir y venir de familiares, sobre todo gente mayor que se acercan para honrar a sus muertos. Estoy en mis observaciones y divagaciones, advierto que un perro con aspecto simpático, lanudo y blanco, se me acerca moviendo el rabo. El perro creo que me sonríe, y dando la vuelta alrededor mío, me observa y parece que quiera llamar mi atención, comienzo hacer ruidos y onomatopeyas como los que la gran mayoría de la gente hacemos para reclamar la atención de los canes. Se me acerca, le acaricio y en voz baja le hablo, como si le hablaría a un niño pequeño.
.- ¡Que hay bonito!
El perro se tumba plantándose panza arriba, solicitándome que le acaricie la tripa.
Percibo que es una hembra, accedo a realizar lo que mi nueva amiga me reclama.
A lo lejos se escucha que gritan
.- ¡Zuri!
Debe de ser la dueña de la perra.
Vuelvo a hablarle, a mi nueva amiga.
.- Zuri te llamas, Zuri, ¡qué bonita y simpática eres! pareces una perra muy lista, ademas de cariñosa.
Mientras le hablo no paro de acariciar su barriga, poco a poco veo como se acerca la que parece que debe de ser su dueña, sin dejar de acariciar a Zuri, en voz alta aviso a su dueña, que la perra esta conmigo,
.- Zuri está aquí conmigo.
La dueña sin decir una palabra asiente con la cabeza, acercandose cada vez más hacia mí.
.- ¿Te molesta la perra? ¡Zuri, déjale en paz a Salva!
A la dueña de la perra la conozco, ha sido mi clienta en varias de las empresas que he trabajado. Es ella la que me ha dado permiso para contar esta historia, voy a cambiar los nombres por otros ficticios, tanto el de ella como el de la perra.
.- Teresa a mi no me molesta, es una perra muy cariñosa.
.- Me extraña este comportamiento de Zuri, es raro Salva, que esta perra se acerque a los desconocidos con tanta confianza como esta contigo.
.- Debo de tener cara de buena persona. Para los canes debo de oler a buenas intenciones, los niños y las mujeres siempre me acogen o les inspiro confianza, mi pareja se cabrea por ello, lo que peor lleva es que sean las mujeres, es muy celosa, en fin, creo que soy un hombre que inspiro confianza y todo se reduce a esto a confianza.
.- Salva, yo me acuerdo que cuando celebrábamos los cumpleaños de mis hijos en el restaurante donde tú trabajabas, mis amigas y yo siempre comentábamos que tu tenias buena mano para manejar a los crios, mi hijo y sus amigos te tenían cariño.
.- Lo que más añoro en mi vida es no haber tenido un hijo, he sobrepasado los cuarenta años y sigo haciendo tonterías, soy tan inocente como un niño.
.- Salva ¿donde trabajas? has tenido varios trabajos, ahora ¿a qué te dedicas?
.- Tengo mi oficina en casa, trabajo desde casa, en publicidad. Esta labor a mi me aporta no solo beneficios económicos, también la creatividad, crear ideas, para el marketing, otro factor importante es mi libertad y tiempo libre.
.- Me has dicho que superas los cuarenta dime la verdad ¿cuantos años tienes?
.- Teresa soy un hombre vanidoso, no me gusta decir los años que tengo, supongo que a ti tampoco te gusta revelar los tuyos, espero que guardes mi secreto, tengo realmente cincuenta años, hay gente que me echa cuarenta y tres o cuarenta y cinco, tengo suerte de mantenerme con un buen aspecto, también me cuesta un poquito mantenerme.
.-Yo también te echaba por tu aspecto, tu cuerpo y tu rostro, los de un hombre de cuarenta años.
.- Gracias Teresa, cuanto mas años cumplimos, comentarios como éste, hacen que tengamos más ganas de vivir y de arreglarnos más.
Después de llevar un buen rato hablando con Teresa, me voy a tomar la libertad de acortar el nombre de Teresa, creo que ya tengo la confianza para llamarla Tere.
.- Bueno Tere, ya te he dicho mis años ¿cuántos tienes tu?
Tere, que hasta el momento se encontraba de pie en frente mió y de Zuri, sonríe y se sienta a mi lado. Lleva puesto un vestido azul marino, largo de una pieza, la tela es ligera, estampada con flores amarillas y unas sandalias de tiras color amarillo.
.- Tengo cincuenta y nueve años, cumplo sesenta en diciembre.
Dejo de acariciar a Zuri, y me recreo observando a Tere, advierto que el vestido es de botones los últimos botones están sueltos, al sentarse deja a mi vista sus rodillas y parte de los muslos, para mi gusto me parecen preciosas.
.- Tere yo creía que eras de mi edad, por aquí delante han pasado crías de dieciocho o veinte años que con toda su juventud ¡ya quisieran ellas tener tu escultural cuerpo!
.- Por favor, no exageres.
.- No estoy exagerando, te hablo en serio.
Estamos los dos en esta conversación enviándonos halagos recíprocamente. Tere, mantiene una sonrisa pícara y nos damos cuenta que por delante nuestro están pasando dos parejas de veinteañeros con unos cuerpos dignos de ser pintados por los maestros, Rubens o Botero.
Tere y yo nos miramos y sin decir nada, pero con un único pensamiento empezamos a reírnos por esta casual coincidencia.
.- Tere, viendo esto, aquí se acaba este tema, tenemos que ser conscientes de que somos afortunados.
.- Salva ¿vienes al parque todos los días?
.- No, no vengo casi nunca, pero en Otoño, cualquier día que sea igual a este de precioso, es para aprovecharlo y salir a la calle antes de que nos llegue el frío invierno.
.- Yo si vengo todos los días, a partir de las doce del medio día, a pasear con Zuri.
.- Mañana haré todo lo posible por volver a venir.
Le respondo con una sonrisa, y en tono afirmativo.
Tere se levanta y llama a Zuri, que se encuentra, como a unos veinte metros de donde estamos nosotros, la perra está en su paraíso, husmeando todos los rincones del parque, al grito de
.- ¡Zuri!
La perra levanta su cabeza y corre hacia Teresa, como si habría pasado una eternidad sin haber visto a su dueña, salta y brinca moviendo su cola en un gesto de alegría y saludo.
Tere, se agacha delante de mi para acariciar a Zuri y también enganchar su correa, en posición de cuclillas con las piernas abiertas deja al descubierto unos muslos blancos y su ropa interior blanca con encajes. Sentado sin levantarme, inclino mi cabeza para saludar y despedirme de Zuri, desde este ángulo la visión es más amplia puedo apreciar con más detalles su piel blanca, adivino que su piel debe de ser suave como el terciopelo, la visión de sus braguitas blancas, ha conseguido que se encienda mi imaginación y deseo.
Tere, se ha dado cuenta de su posición y suavemente cierra sus piernas dejando ahora a mi vista un ángulo mas pequeño, yo también me incorporo, los dos nos miramos con una sonrisa cómplice y pícara.
.- Bueno Tere, según la televisión, la predicción meteorológica para mañana va hacer tan buen tiempo como hoy, espero verte mañana.
.- Pues agur, hasta mañana.
Tere se aleja. Desde mi distancia veo una silueta envuelta en su vestido ligero que se balancea sinuosamente al caminar, esta mujer con sesenta años tiene una gran carga sexual.
Estoy deseando que llegue mañana para volver a verla.
Yo también me levanto para abandonar el parque de la pérgola, tenia que haber escrito un par de cartas comerciales, pero tengo mi pensamiento anulado, mi única obsesión es Teresa.

ACTO 2º MARTES

Mañana del martes, tan hermosa como la de ayer, un día mas en mi rutina de higiene y alimentación. En cuanto a la ropa que hoy me voy a poner estoy en duda, no quiero repetir la que me puse ayer. Ojala que este clima dure toda la semana, estoy deseando que sean las once de la mañana para ver a Tere. Mi imaginación se recrea en situaciones y estados imaginarios con ella, me excito solo pensando en verla.
Son las once y media, ya estoy en el parque de la pérgola, el sitio que ocupamos ayer está libre, me emociono al recordar sus muslos blancos y ropa interior, miro el reloj, el tiempo parece que no pasa, ya son las doce, Tere, sin venir.
Mi cerebro no para de repetir esta frase (Tere no me falles ven por favor) la frase se repite machaconamente en mi cerebro. Pasan unos vecinos, me saludan y me preguntan.
.- ¿Salva que haces aquí?
¡Qué les importa a éstos lo que yo hago aquí! acaso yo les he preguntado a donde van.
.- Estoy aprovechando la mañana que hace, pronto estaremos en invierno y cada rayo de sol y buen tiempo se debe de aprovechar.
.- Tienes razón Salva ¿que tal tu mujer, no está contigo?
.- No, ella esta trabajando, la veré mañana.
.- Nosotros vamos a donde nuestra hija, a ver a los nietos.
.- Aprovechar el tiempo disfrutar de los nietos que ahora salen de la escuela.
.- Sí, nos vamos para verlos.
.- Agur.
Los que vivimos en pueblos o en barrios tenemos que soportar a la gente que se aburre de sus asuntos tan monótonos y aburridos, tienen que distraerse con los asuntos ajenos, ya me estaba asustado, pensaba que se iban a sentar en mi banco, ademas ¡A mi que me importa su vida!
Veo a lo lejos que viene corriendo Zuri, mi cara ha cambiado, ahora estoy pletórico, rebosante de alegría. ¡Como me alegra ver a este animal! un poco mas separada viene Tere, vestida con un pantalón vaquero ajustado, una blusa azul clarito, trae una chaquetita blanca en la mano, el pelo lo trae recogido en un pequeño moño dejando el cuello despejado. Viene con una sonrisa, parece que como yo se alegra de verme.
Cuando llega a mi altura, la miro le sonrío, ella me devuelve la sonrisa, todavía mas amplia que la mía.
. - Egun on.
. - Egun on, Salva.
.- Estas preciosa, hoy más que ayer.
.- Salva, vas hacer que me ponga roja.
.- Ya somos mayorcitos para ponernos rojos por unas afirmaciones.
.- Salva a mí hace tiempo que no me dicen estas cosas.
.- Por que estamos en Bermeo, aquí no esta bien visto que la gente se de dos besos para saludarse, si estaríamos en la capital te habría dicho, Egun on y te habría dado dos besos en las mejillas.
.- Dámelos.
.- Sin vacilar me acerco y rozo mis labios con sus mejillas, aprecio que el perfume es de una fragancia fresca y floral.
.- Tere ¡qué bien hueles! es una fragancia muy floral.
.- Este perfume es de Carolina Herrera
.- Tere ¿por qué no nos sentamos?
.- Tienes razón, vamos a estar mejor
.- ¿Que tal el día de ayer?
.- Mi vida es aburrida, a partir de que entramos la perra y yo en casa empieza la monotonía, mi marido y mis hijos solo hablan de fútbol, la tele es solo para ellos y poco mas, veo la tele, saco la perra, preparo la cena, rutina, aburrida rutina ¿tu qué has hecho ayer?
.- Ayer después de haber estado hablando contigo, tendría que haber escrito un par de cartas comerciales, pero cambie de opinión y en vez de escribir les llame a los clientes, uno de ellos me ofreció bajar a Bilbao para comer con el, no me lo pensé dos veces.
.- ¡Has estado comiendo en Bilbao! ¿En qué restaurante?
.- En un italiano, se llama, Hortaria Marchese del Porto, el dueño es amigo mió, casualidad que también es amigo de mi cliente, terminamos de comer sin prisas a las tres de la tarde Remigio, que es como se llama el dueño del restaurante, se sentó en nuestra mesa con nosotros, yo me tome un güisqui, hablando y haciendo unas risas. Salí solo del restaurante a las seis de la tarde, lo que más me gusta de las comidas y las cenas, son las sobremesas. Después de salir me fui a pasear por Bilbao hasta las siete, para poder coger el autobús de vuelta a Bermeo.
.- ¡Que envidia me das Salva!
.- No puedo quejarme, la existencia mía no es mala.
Cuando miro a Tere, en sus ojos negros como la noche, hay un brillo de unas lagrimas eternas, el semblante es triste y melancólico ¡Cómo me atrae esta mujer! qué falta de vivir tiene. La blusa que lleva es de una tela ligera, se aprecia un sujetador de un azul mas oscuro que la blusa, dejando al descubierto un canal sugerente, a la vista el principio de unos pechos grandes, los de una mujer madura, blancos, sin marcas de haber tomado el sol en exceso.
.- Salva es la una y media, tengo que irme, la hora y media que estoy aquí contigo se me pasa volando ¿Vas a venir mañana?
.- Pues claro que voy a venir, te he visto el Lunes, hoy Martes, estoy deseando que sea mañana Miércoles, para volver a verte.
.- Salva no me digas esas cosas, me ponen nerviosa.
.- Mañana nos vemos a esta misma hora, me cuesta despedirme ¿Te puedo dar dos besos de despedida?
.- Claro que puedes, mañana si quieres, ven antes, voy hacer lo posible por venir yo también antes.
Le doy dos besos uno en cada mejilla, aprovecho para agarrarla de la cintura, ella me ha facilitado y presentado las mejillas para que le de los dos besos, llama a Zuri, amarra a la perra y se aleja con el paso un poco mas apurado que ayer.

ACTO 3º MIERCOLES

Miércoles, son las once, me voy al banco de Tere, para mí este banco y sitio tendrá este nombre para siempre. También rememoro al grupo musical, Keane con su canción Everybody's Changing, es la canción que escuche el Lunes antes de venir al parque y empezar a crear una relación de amistad con Tere. En mi vida hay canciones para cada una de las relaciones sentimentales, estados de emoción o vivencias que me ha deparado la vida, cada vez que suena una de estas canciones rememoro esas situaciones o vivencias.
Sentado en el banco de Tere, ya la estoy viendo venir, mi corazón, estomago y todas mis entrañas se remueven de emoción con solo verla.
Ya estamos enfrente uno de otro.
. - Egun on, Tere.
. - Egun on, Salva.
La vuelvo a coger por la cintura, esta vez nos juntamos más que ayer, sus pechos se aprietan contra mi pecho, le doy un beso en cada mejilla casi rozando sus labios, aprecio la misma fragancia que llevaba ayer, sin soltarme de su cintura vuelvo a repetir el saludo.
.- Egun on.
Hoy viene con un vestido blanco estampado, con grandes flores rojas, parecen claveles, el pelo lo trae hoy también recogido, que hermosa me parece Teresa, me excita esta mujer. Tere, se zafa de mi abrazo para agacharse y soltar a Zuri, la perra una vez de sentirse libre corre con alegría por los jardines, esta es la hora y media que tiene el animal para sentirse libre de ataduras y mi hora y media de una ansiada y consentida sumisión a los encantos de esta hermosa hembra.
.- Tere, estás preciosa, voy a ser sincero contigo, va a ser difícil imaginarme el invierno sin verte y sin poder estar la hora y media que compartimos juntos.
.- Nadia sabe Salva, qué va a pasar a partir de que lleguen los malos tiempos. Yo siempre vengo, tengo que pasear a Zuri, este es el mejor sitio para las dos, ya te he dicho que para mi esta hora y media es la que mas disfruto después de este tiempo es cuando empieza mi monotonía.
.- Tere tu antes de casarte tenias otras ilusiones ¿por qué no buscas una actividad? algo que te distraiga que te guste, la vida no es igual ahora que entonces. Tu ya tienes los hijos mayores, son independientes, tu marido, tiene su trabajo el ya se relaciona con otras personas y compañeros de trabajo, además seguro que después sale de txikiteo.
Teresa me interrumpe enérgicamente.
.- Eso el txikiteo, maldito txikiteo, no hay otra cosa más que el txikiteo, cuando vamos a Benidorm, vamos con otros matrimonios bermeanos, pues allí también esta de maldito txikiteo ¿sabes cuánto tiempo hace que no voy a un teatro, al cine, a un buen restaurante? en Benidorm, sigue mi rutina como en Bermeo, conozco los Mercadonas y Carrefour, y la calle del txikiteo. Mis amigas están igual que yo, cuando vamos a los bailes en los hoteles de Benidorm, a nuestros maridos es muy difícil despegarles de la barra.
Suavemente le interrumpo para intentar que se calme de este enojo momentáneo.
.- Tu antes Tere, tendrías, proyectos, ilusiones, cuando estabas soltera, seguro que tienes un don, el dibujo, la música, la literatura, algún don tienes que tener Tere. Si hay Dios, providencia, o un ser supremo, a una mujer tan hermosa le ha regalado algún don.
Ella con una sonrisa me responde.
.- Gracias Salva, que adulador eres, me gustaría aprender informática, saber encender un ordenador, veo a mis hijos y otras mujeres como se manejan, esto me da una envidia.
.- Es fácil, no es nada complicado, apúntate a un cursillo, va hacer que salgas de casa, que te relaciones con más gente, gente diferente a la que vas a ver todos los días, apúntate en Bilbao. Tere, hay gente de nuestra edad, incluso jubilados que están en la universidad. Empieza, vive, despreocúpate un poco de los tuyos, ya son independientes, no necesitan chachas ni tampoco criadas, vive Tere, empieza a vivir.
.- ¡Ay Salva! Se me olvidaba, mañana tengo que ir a Bilbao, para recoger unos resultados médicos que le han realizado a mi suegra, tengo que recogerlos a partir de las once y media ¡Que rabia me da!
.- ¡Porque mujer! míralo como una oportunidad, si quieres puedo acompañarte, tu recoges los resultados y yo hago unas visitas a un par de clientes, comemos en Bilbao y volvemos.
Tere, me mira con una sonrisa y su cara expresa duda, para responderme rápidamente.
.- ¡Vale! Así me dices donde está la calle en la que está el gabinete medico, porque yo en Bilbao no conozco nada, creo que me perdería ¡Lo de comer juntos no sé si podré hacerlo!
.- Bueno lo de comer es un decir, pero un café sí vamos a tomar y luego volvemos juntos. Para ir podemos coger el autobús de las diez.
.- Nada de autobús, vamos en mi coche, quedamos aquí en el parking de este parque, vamos por Bakio, no vaya a ser que nos vean y la gente hable lo que no tiene por qué hablar.
.- Vale Tere, mañana a las diez en la entrada del parking, no me imaginaba que tenías carnet de conducir.
.- Sí lo tengo desde hace bastantes años, cuando voy a Bilbao, siempre aparcamos en el parking del Corte Ingles, en la Gran Vía, no paso nunca de esta zona, entre Zara, el Corte Ingles y tiendas cercanas a la Gran Vía. Lo más lejos que voy con el coche es a Benidorm y siempre conduce mi marido o mis hijos.
.- ¿Qué coche tienes?
.- Mi coche es un Renault Megane de color blanco, mañana voy a aparcar cerca de la salida del parking de la pérgola.
Tere se levanta, llama a la perra, yo por inercia la sigo y también me levanto, los dos estamos en pie ella grita.
.- Zuri, Zuri, ¿donde se ha metido la perra?
.- Está detrás de ti, Tere.
.- Estoy nerviosa.
Tere, se agacha para enganchar a la perra, parece querer marcharse hoy más rápido que los otros días.
.- Yo también estoy nervioso ¡Agur bihar arte!
Le doy dos besos de despedida en las mejillas como todos los días, al cogerla por la cintura he notado que está más tensa, ella me responde nerviosamente.
.- ¡Agur Salva! hasta mañana, recuerda Renault Megane blanco, a la salida del parking.
Ella se aleja, no dejo de mirarla, se da la media vuelta me mira y me sonríe, me hace un gesto de saludo con su mano.
Hoy después de despedirnos y haber quedado para mañana, he notado que Tere estaba nerviosa, yo también lo estoy. Ella como yo sabemos que mañana nuestra relación de amistad puede cambiar a otro estado o situación, tengo miedo a perderla o puede que al compromiso, Tere y yo intuimos que mañana algo puede pasar. Hay otra parte de mí que piensa; lo que tenga que ser, que así sea.

ACTO 4º JUEVES

Jueves, nueve y treinta de la mañana, estoy yendo hacia la entrada del parking, llego treinta minutos antes de la hora, estoy tan nervioso, tengo tantas ganas de verla que me es imposible esperar más tiempo en casa. Tengo la sensación de que el tiempo es tan espeso, parece que no corre ni pasa, no dejo de mirar mi reloj.
Son ya las nueve y cincuenta siete minutos, estoy viendo entrar en el parking un Renault Megane blanco, me acerco al coche, ¡es Tere! veo a través del parabrisas que me sonríe, apuro el paso no debemos estar mucho tiempo a la vista de curiosos ni habladores, no debo de perjudicarla.
Entro en el coche con prontitud, me sonríe, apostaría cualquier cosa y seguro que ganaría, ella ha tenido las mismas dudas y temores que yo tuve ayer.
.- Egun on ¡Estás preciosa!
Tere me sonríe hoy parece que está más relajada, rápidamente enfila el morro del coche hacia la salida del parque, salimos dirección a Bakio.
.- Egun on Salva, que raro se me hace que en un saludo me digan preciosa.
.- Tere ya sabes lo que pienso y te lo he dicho, eres una mujer madura muy atractiva, perdona mi confianza por el saludo, estoy nervioso al estar aquí encerrado contigo.
.- Salva relájate, ya hemos estado tres días en el parque de la pérgola los dos solos juntos.
.- Ya lo sé, también me ilusiona saber que vamos a pasar unas tres horas juntos y vamos a poder tomar un café los dos.
Teresa me sonríe, con su actitud se confirman mis pensamientos, está más relajada y segura de sí misma que ayer.
Tere sin perder ni un ápice de su agradable sonrisa me responde.
.- Hoy vamos a estar más de tres horas juntos, voy a seguir tu consejo, en casa les he dejado la comida preparada, también les he dicho que me quedaba a comer en Bilbao ¡espero que me lleves a un bonito sitio!
.- ¡Eso está hecho! ¿te parece que comamos donde mi amigo Remigio, en su restaurante italiano, Hostaria Marchese del Porto?
.- Sí, es donde quiero y espero que me lleves a comer, me hace ilusión ver este restaurante.
.- ¿Qué te ha dicho tu marido e hijos al decirles que te quedabas a comer en Bilbao?
.- Salva, ayer cuando me fui a casa en el camino iba pensando en lo que me dijiste, también me fui con algunos temores, pero cambie de opinión y se me fueron los miedos al hablar con mi marido y mis hijos y decirles que a lo mejor me quedaba a comer en Bilbao. No soporto las chanzas y burlas como si yo sería una tontita ¡qué se han pensado en mi casa que no se andar sola, que no se relacionarme con otra gente para que me ayuden!
Con estas angustias y recelos vamos llegando a Bilbao, mientras Tere se desahoga, la observo y recreo mi vista. Hoy va vestida toda de negro, este color le hace más elegante y estiliza su figura, lleva una falda de tubo ceñida. Para poder sentarse a conducir, se ha remangado la falda, dejando a mi vista gran parte de sus muslos, lleva medias negras, puede que sean pantys o puede que lleve liguero, no lo sé, pero éste es ahora uno de mis dilemas, con una blusa también negra, con los botones abiertos hasta dejar descubierto el canalillo de sus senos, en el asiento de atrás lleva una cazadora verde, a juego con el bolso y los zapatos con un poquito de tacón.
Ya estamos en Bilbao, entramos por Zabalburu, Tere, ya va aminorando la marcha, se nota que no conoce Bilbao, me mira y me pregunta.
.- ¿Salva donde aparcamos? ¿Por dónde voy?
.- Estate tranquila Tere, cuando tu marido y tú venís a Bilbao tenéis por costumbre aparcar en el Corte Ingles, pues sigue esa dirección, podemos aparcar en el centro, en el parking de Urkijo.
.- Vale Salva, pero dime tú por donde voy.
.- Yo sé llegar andando, en coche hay direcciones prohibidas y semáforos, lo primero es tranquilizarnos y bajar la velocidad, sin prisas Tere.
Sorteando semáforos y tráfico, ya estamos dentro del parking, son las once y diez minutos de la mañana, una vez bien dejado el vehículo salimos al exterior, tenemos tiempo para poder tomarnos un café y así se lo sugiero.
.- Tere podemos tomar un café, no tenemos prisa para recoger los resultados de tu suegra es a partir de las once y treinta ¿te apetece?
.- Si, pero yo Salva, no conozco nada, yo voy donde tú me digas.
Le sugiero tomar el café en la cafetería Oskaici, en la calle, Elcano, esquina con Urkijo, para mi gusto es posiblemente la cafetería, donde preparan los mejores cafés de todo Bilbao, además está cerca del parking. Al entrar en la cafetería saludo a los propietarios y gerentes Iciar y Manu, nos saludamos los cuatro, entre risas, comentarios presento a Tere.
Ocupamos uno de los pequeños reservados que tiene la cafetería disfrutamos de nuestros cortados, a Tere, le ha gustado mucho. Salimos de la cafetería Oskaici, con dirección a la clínica, recogemos los resultados, paseamos por Bilbao antes de ir a comer al restaurante Hostaria Marchese del Porto.
Teresa parece que está disfrutando conmigo en Bilbao, le brillan los ojos, ahora es de alegría, está radiante.
Son las tres y treinta de la tarde salimos del restaurante para ir al parking a recoger el coche.
.-Salva me das envidia porque puedes vivir así.
.- Tere, todos los días no hago esto, si sería así, también pasaría a ser rutina, la rutina aburre, ¿te ha gustado la comida?
.- Si me ha gustado la comida, el restaurante, para mi hoy ha sido una tarde perfecta, nunca me voy a olvidar de esta tarde.
Ya hemos llegado al parking, una vez dentro del coche los dos, Teresa me sorprende.
.-Salva gracias por haberme enseñado estos rincones tan bonitos, por enseñarme otra forma de vivir.
Tere mientras me hace estas revelaciones se inclina para abrir la guantera de su coche, para sacar la caratula del radiocasete, ella habla y en mi cabeza una voz me dice ¡Bésala, bésala!
Yo ya no tengo el control de mis manos, instintivamente la cojo por los hombros, la atraigo con fuerza hacia mí y busco sus labios para besarla, ella no me rehúye ni me aparta, le beso, la suelto y nos miramos.
.- ¿Por qué has hecho esto Salva?
.- Tere, porque me gustas, porque me atraes, y te deseo, a lo mejor me he equivocado.
.- Yo estoy casada, tu también, si nos enamoramos.
Vuelvo a besarla sin dejar que siga hablando, ahora los besos son de pasión, nuestras lenguas se unen para saboreándonos, nuestras manos se enlazan y desenlazan buscando nuestros cuerpos.
.- ¡Salva para! vámonos de aquí pueden vernos.
.- Si Tere vámonos.
Salimos del parking dirección Bermeo, en carretera apenas hablamos, nos miramos y sonreímos parecemos dos adolescentes que vamos a cometer una travesura, regresamos por Sollube buscamos un rincón o lugar donde podamos estar tranquilos sin ser vistos.
Antes de llegar a Mañuas (Bermeo) en el barrio de Harrizurieta, encontramos la entrada a una carretera sin salida y sin asfaltar, es un rincón perfecto, entramos.
Teresa apaga el motor del coche, nos pasamos a los asientos de atrás, como dos jovencitos comenzamos a besarnos, nuestras lenguas juegan, nuestros dientes chocan, nos estamos bebiendo y emborrachando de elixir de pasión, mis manos se deslizan por sus muslos, acariciándolos, apretándolos, voy levantando su falda, descubro sus nalgas, están frías, sus muslos calientes, descubro sus bragas negras, se despejan mis anteriores dudas no lleva pantis, lleva medias, su piel es tan blanca, tan suave, es extremadamente sexy, desabrocho su blusa, beso y aprieto sus pechos Tere susurra y gime en mis oídos, sentir su aliento en mi nuca, aumenta mi excitación. Voy quitándole las braguitas, al mismo tiempo que beso sus muslos, mis manos acarician sus nalgas y sexo, soy un hombre afortunado.
Introduzco suavemente mi sexo en su sexo, instintivamente comenzamos un movimiento compulsivo y rítmico, sin dejar de besarnos ahora con mas locura y pasión Tere gime al compás de los movimientos, estamos llenos de sudor, la aprieto fuertemente contra mi, he perdido la noción del tiempo, de lugar y de espacio, por el contrario mis sentidos se agudizan, Teresa huele a sexo, sabe a sexo.
Escucho en mis oídos sus gemidos y repite mi nombre.
.- Salva, Salva.
Su voz es tan suave y sensual.
Soy de verdad un hombre afortunado, por permitir esta hembra que yo la ame.
Acabamos los dos fuertemente abrazados en silencio Tere tiene los ojos cerrados, yo ahora beso su cara, nariz, barbilla, muy suavemente ella me susurra dulcemente.
.- Salva, no me sueltes, abrázame fuerte.
.-No mi reina, no te suelto.
Mientras sigo dándole besos, suaves y tiernos. No sé el tiempo que ha durado ni el que hemos estado abrazados.
Salimos del coche, nos recomponemos la ropa y aspecto, pasamos a los asientos de adelante, Tere arranca el coche, volvemos a Bermeo.
.- Salva es la primera vez que hago el amor en un coche, nunca en mi vida he conocido a otro hombre, solo a mi marido.
.-Tere ¿mañana te voy a ver en el parque de la pérgola?
.- Si Salva, como siempre.
Ya estamos en el mismo lugar donde empezó esta historia, con los cuidados y precauciones para no levantar habladurías ni tampoco cuentos. Antes de salir del coche me despido, le doy un beso en los labios, Tere, abre su boca para besarnos, me vuelvo a encender pero ya tendremos más ocasiones de estar los dos juntos.
.-Tere Agur, hasta mañana.
.- Salva, hasta mañana Amor mío.




Alvaro Villa Rey
Villarey01 de junio de 2013

1 Comentarios

  • Indigo

    Atrayente lectura, mantuvo mi interés tanto que incluso me recreé encontrando partes de lo relatado por ti, en la red y en Google, mapas, costumbres vascas (txikiteo), etc. y algo en común tenemos: La admiración, el buen trato ¿y por que no? el deseo y pasión por la mujer de nuestra simpatía. Teresa representa un ideal, ficticio o no, se asemeja en muchos rasgos a alguna conocida amiga mía y las situaciones me sorprendieron por ciertas similitudes que me ocurrieron incluyendo a la perra Zuri.

    Excelente narrativa y esmerada ortografía te acompañan, hacen de tu texto diferente e interesante a lo usual.

    Agurra Villarey

    02/06/13 09:06

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