Surcaba entre un mar de pensamientos,
cuando ya la luna se alzaba sobre mi ventana.
Y daba vueltas a la cama,
intentando concebir el sueño.
Y no eran más que preocupaciones
lo que abordaba en mi mente,
de tal forma que me colapsaba.
Siempre buscando el bien,
la manera exacta,
la forma perfecta.
Pero no hay vida
donde no haya errores.
Y no hay caminos
sin bifurcaciones.
No cojo el sueño
desde hace bastante tiempo.
Pensando en miles de cosas
que se custionan en mi mente.
Son los años
los que dejan paso a la duda,
cuando no entiendes, no comprendes.
En el tiempo que te das cuenta
que estás empezando a cambiar de parecer.
Y salta la indecisión, el titubeo...
Sientes la desconfianza,
que el enemigo vive en tu propia casa.
Y no es más que la madurez
la que acecha con los años.
Quien te enseña a aprender de los errores,
a recapacitar en tus decisiones.
Y sabes que es la hora de buscar tu luz,
el destello que alumbre tu camino.
Y sé que es fácil equivocarse,
pues todo lo que sé,
lo aprendí de resbalarme.
Intento buscar la seguridad que me falta,
aquello que necesito para confiar más en mí.
Y todas las noches torturan mi descanso,
como una alma en pena,
esperando que tome la decisión correcta.
es cierto, la edad conlleva a m?s noches en vela, a m?s experiencias, a m?s fracasos, a m?s alegr?as, a menos excesos, menos inmadurez, menos vida; pero m?s sabidur?a.
saludos!!!