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Una Final de Futbol... un Partido Mas...

Pues aquí estoy con mi segunda entrega, debo confesar que no tenía idea de que escribir. Después de darle vueltas y vueltas al asunto, de verdad, viene mi cuate el Dan, y digo viene en sentido figurado ya que el se encuentra en un pasado muy lejano pero bueno ese es otro tema que quizá trate en días o meses o años posteriores, y me dice que por qué no hacía la crónica de la final de fut. Y pues heme aquí, en horas de trabajo, tipeando lo que espero sea lo mas cercano a los hechos acaecidos días atrás.

Amanece, no descansé bien; en parte por los nervios del partido por venir y en parte porque el día anterior no trabajé y, dijeran en Irapuato, tiré barra todo el día.

Me levanto y prendo la tele, Loret de Mola(el del noticiero) diciendo que hubo un tiroteo por Indios Verdes, mejor la apago, puras noticias malas. Me baño, me cambio y al trabajo... paso las primeras horas del día ocupado, de verdad nuevamente, se supone que el partido es a la 1:30 p. m., se acerca la hora.

Dan la 1:15 p. m. es hora de irse al partido. Llego a la cancha y me cambio de ropa, hago ejercicios de calixtecnia(calentamiento). Pasa media hora y el arbitro no llega. Por fin se decide jugar el partido con un aficionado fungiendo como arbitro. Justo antes de iniciar el juego un "compañero" del otro equipo nos insta a jugar limpio porque el chiste es divertirse.

Empieza el juego, comenzamos con el "tuya, mía, te la presto" pasan 5 minutos y anotamos el primer gol, otros 4 y anotamos el segundo... al medio tiempo ya ibamos ganando 4-1.

De repente aparece don Timo, un personaje singular parecido a Don Alirio Perafán (me contaron que sale en la novela de Juan Querendón), es un viejillo de unos 50 y tantos que a todo lleva la contraria y tan necio que exaspera; propone que deben haber ciertos cambios en el equipo para permitir la rotación de jugadores, es decir que todos jueguen, y cediendo a su insistencia se hacen los cambios entre los cuales, por supuesto, está el.

Comienza el segundo tiempo y se nota a las 3 minutos que el equipo no es equipo debido a los cambios. Nadie se ubica en su posición, el delantero se cree medio y el defensa se cree delantero, inexplicable en cierto punto pero cierto en un 100%, y sucede lo lógico, nos meten 2 goles. La rabia no se hace esperar, siento un mal sabor de boca. Le hablan de la banca a don Timo para que salga pero se hace el desentendido, voltea a un lado y a otro pero no a la banca porque sabe que su participación en el juego llegó a su fin. Tomo el balón en mis manos después del 3er gol del equipo contrario y le digo directamente a don Timo que le hablan de la banca, noto su expresión fiera en la mirada, pero me vale un cacahuate... quiero ganar. Regresan los que habían salido en el primer tiempo y todo va bien para nosotros... anotamos otros 3 goles. Entonces se empieza a sentir la impotencia del equipo contrario; recibo un codazo, un golpe en el pecho con el hombro que me remueve hasta las amalgamas, una patada en la espinilla que me deja un ingrato recuerdo del jugador contrario, tiran a un compañero, empujan a otro, y así continuó el sinnúmero de golpes propinados por quienes al principio predicaban que había que jugar limpio. Faltando como 5 minutos para que termine el partido me cambian... salgo aliviado. Tomo gatorade de naranja, estoy agitado pero feliz, cansado pero triunfante, somos campeones, somos campeones my friends.

Nos entregan el trofeo, fotos, risas, apretones de manos...

Y ahí acaba todo, sin mas celebración, cada quien a sus ocupaciones...
Vitico17 de marzo de 2008

1 Comentarios

  • Franco

    es GATOREY señorita,es GATOREY..ja el doctor bilardo

    18/03/08 12:03

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