He visto salir la plateada luna muchas veces,
en ocasiones se me saltaban las lágrimas,
mientras pensaba en lo que pudimos llegar a ser,
algunos días he soñado contigo en la intimidad.
Pensé que tal vez la brisa me traería tu aroma,
pero creo que sin darme cuenta perdí el olfato.
Me siento desdichado, pues se que no serás mía,
probablemente hoy te quiera más que nunca,
el invierno y la noche se encargan de recordármelo.
Podrian las estrellas amortajarme con su manto,
mas es posible que no merezca ni siquiera eso
Me siento como un agorero cuervo de negra librea,
la blanca nieve cae poco a poco sobre el helado suelo,
mientras mis recuerdos me hablan de tristes penas.
Quise ser curtido navegante de tus azules mares,
me he convertido en náufrago de tu indiferencia.
Siento que se aproxima a mí el ocaso de la luz,
y temo sobremanera quedarme a oscuras,
pero sé que sobreviviré, soy un gorrión fuerte.
No temo a los inclementes fríos, ni a las sombras,
me agrada la soledad, es una buena compañera.
Se que llegará un día en que mi alma se irá lejos,
no me cabe duda de que ese día me encontraré sólo.
Quiero escribir una sencilla poesía silenciosa,
un simple llanto abominable a la desesperación,
un cantar agónico en una melodía inacabada,
sobre un pentagrama en que sólo habita el dolor.
He decidido, dejarme llevar por la ingrávida tristeza,
olvidar mi alegría en los páramos de tu indiferencia,
flotar etéreo en un oscuro aerostato que me lleve lejos,
que me haga salir de los sutiles confines de este mundo.
Quiero surcar los lugares más tenebrosos del espacio,
donde únicamente habitemos la nada y el poeta,
tal vez de esta forma, consiga algún día ser feliz,
empezaré mañana el viaje, se que he de intentarlo.