Ya no queda nada dentro de mí.
Lo que necesito, lo tengo.
Lo que anhelo, lo tomo.
Lo que deseo lo consumo.
Ni rabia, ni odio, ni ninguna cosa mala.
Solamente débiles sentimientos lindos.
En esos pocos restos...
Lo que fue es lo que ha sido y solamente tiene un nombre.
Y UN APELLIDO
Precioso en verdad
Un cordial saludo
Antonio