Alguna vez te pedí a ti mundo feerico, que me regalaras una canción, ya que me la diste ahora no sé que hacer con ella...
Si suenan los trinos, a través de esa máscara, su nombre habrá de navegar...Profundo el aliento me ahoga, encierra, incontables perlas que cayeron de sus tibios labios como hiedras.
Ahora tendré que tragarlas ya que la faz no tiene velo...