Verano cálido, soleado, niños correteando...
Camino por la línea blanca de la carretera.
Mis pasos cada vez se tuercen más.
Los auriculares de mis oídos, me impiden oír el ruido del exterior.
Con cada movimiento, una cosa nueva se destruye.
Una brisa entrecortada, me agita bruscamente.
Me detengo, miro a mi alrededor, y veo que todo a mi paso está destruido.