La noche avanzaba leeeeentamente, adentrándome cada vez más en la tetrapakeada caja de leche, con su clásico modelo paralelepípedo de cartón forrado en publicidad reciclable
A eso de las tres y pico, como dicen nuestros v-v-v-vecinos (frase bastante cómica para la chilenidad convencional de nuestro actual), y por la comodidad e ironía de la individualidaaaad, se vio prácticamente forzada la opción de descarte de aquella frágil solución solidificada de sílice en forma de cilindro, que algunos llaman vaso; por lo que sorbo a sorbo, de la forma más directa posible entre ambos cuerpos, el lácteo me consumió despacio, hasta colapsar su exacta capacidad de consumo de imaginación de mil centímetros cúbicos...
Con el envase satisfecho, pude al fin separarlo de m-m-m-mi cavidad craneana, y pese a las interminables secuelas cerebrales m-m-m-mencionadas por el doctor, estoy listo para escribir con mi confidente de 2,00 GB de RAM, y pasar otra noche en vela, en compañía de mi refrescante, colorida y tetrapakeada caja de leche
Günther Semler 15/01/09