Llega un momento que pierdes la noción del tiempo. Pierdes el control. No, ya está ya no puedes más. Calculas tu vida al segundo, al minuto. Todo lo planeas. Llega un momento que los relojes ya no cuentan y si cuentan. Llega un momento en que las brújulas pierden el norte, tú pierdes el norte. Solo tienes un remix de norte, sur, este y oeste que no sabes aprovechar, solo lo derrochas. Ya no sirve esa brújula. El reloj hace STOP fin de la pila y necesitas otro para poder calcular tu vida al minuto, planearlo todo a largo plazo. Y que pasa del presente? Que pasa con el ahora? Y no te paras a pensar porque sigues caminando, avanzando hasta un nuevo amanecer, preocupándote del mañana, sin preocuparte porque ahora mismo es 14 de febrero, son las 3 y 50 de la madrugada y en tus cascos mientras escribes suena tu canción favorita. No importa. Solo piensas que mañana tienes tres exámenes y no has estudiado. Tu reproductor se esta saltando canciones, las notas se vuelven besos y las melodías abrazos. Eso no lo notas. Tu solo estas viviendo en la preocupación y no te estas preocupando de que hay momento que sobran los hechos, que no hay grandes detalles y solo importan los pequeños detalles, esos diminutos e ignorados detalles. Pero que mas da? nadie lo valora, y quien es capaz de valorarlo, es muy, muy afortunado. Los minutos ya no existen, ahora son suspiros entrecortados por la preocupación, estrés, miedo y bullicio.
