Otra monótona tarde de bingo
Que ha de culminar en una pobre cena.
Son los únicos frutos que recogimos
De nuestra mal vivida juventud.
En una oscura y mohosa sala
Serán contadas nuestras historias...
Inventadas aventuras heróicas
Tratando de cautivar a un público insipiente.
Nuestras vidas latiendo con lentitud
Sin emoción alguna en nuestras almas.
Con la vivacidad apagada por el tiempo...
Por nuestros fracasos en otros momentos.
Y nuestro triste juego de lotería
Llevado a cabo más por costumbre que por codicia.
Sólo una manera distinta de pasar el tiempo
Sin pensar en nuestras metas no alcanzadas.
Muchos han pasado por las filas de la Orden,
Pocos son los que ahora quedan.
Todos han ido cruzando la nefasta línea...
Nuestro único objetivo.
El juego ha sido terminado
La cena tomada...
Nuestras estúpidas historias contadas
Y nuestra imaginación alimentada.
Momento de volver a la realidad
Una más triste que el puré de la cena.
El desamor de nuestros hogares...
El olvido de nuestras familias.
Hora de afrontar nuestras vidas
Que en realidad muy poca nos queda.
Mañana se reunirá de nuevo
La noble Orden Tercera.
