Espero, llevo esperando, vaya locura. Estoy en un banco esperando para solicitar un certificado. Espero, no minutos. El tiempo pasa y se burla detrás de un vidrio transparente. Las sirenas lloran como perras en celo. Los asesores se ríen, no se si de mi amarga espera o por algún chiste flojo que recordaron. Sigo esperando, espero, y mientras observo el techo, una anciana se quita los dientes para comer. Ella come y yo espero... horas, eternas horas. Un señor golpea el suelo con desesperación, y lo entiendo, la impaciencia nos arrebata la cordura y nos arropa con el manto de la locura. Tengo el turno A035 y por lo que veo, tendré que seguir esperando.
Zien! La espera siempre nos agobia ... muy bueno. Saludos.
Luis J.