Hacemos cualquier cosa en cualquier orden porque estamos apurados por hacer todo. Y sabemos que no sabemos hacer todo pero igual seguimos intentando. Es entonces donde agrupamos cosas inconclusas, porque estamos dependiendo de objetivos que queremos resolver sin la necesidad de clasificar los momentos para esos propósitos. Y es así como forman nuestros resultados de estar cansados, frustados, autoexigirnos y, a través de, todo eso llega nuestros sentimientos de culpa, esa culpa que sentimos nosotros de que no pudimos lograr todo lo que quisimos resolver en un momento inscripto en nuestras cabezas, ese momento que esperamos resolver todos los propósitos y no llegamos. Esto es trastorno de ansiedad en camino. Para ello, es muy importante ordenar todos esos objetivos en determinados momentos y para poner orden a esas intenciones, tenemos que animarnos a clasificar nuestras necesidades, a darles a esos propósitos el valor que se merecen, a aceptar que hay cosas que, aunque deseamos, no necesitamos resolverlas hoy y para eso existe un mañana, un otro día. Debemos organizarnos sin tener miedo a equivocarnos, de los errores aprendemos. Y no debemos exigirles a otras personas ciertas cosas que para nosotros son importantes porque puede que para esas personas no lo sean. El tiempo es muy fundamental para todas estas organizaciones, para estas clasificaciones sobre nuestras necesidades rutinarias, temporales, etc. Por eso mismo debemos aprender que si no podemos hoy, podemos lograr lo que nos proponemos hacer mañana, otro día y demás. Y esto no quiere decir jamás sino que significa que en algún momento llegará, luego seguramente vamos a decir ¡qué rápido pasa el tiempo, ¡cómo pasa el tiempo!. Debemos amigarnos con el mañana, el otro día. Debemos dejar un lugar, un espacio en ese orden para las intenciones que necesitamos desarrollar y que esas intenciones nos hagan sentir feliz, alegres porque de eso se trata: de disfrutar todo lo que estamos haciendo.
Autor: Abel Velazquez
Ig: abel_vlz
