La gente miraba a través de la ventana esperando ver a ese pobre anciano, unos decían que estaba loco, otros que era una persona triste. A veces se podía ver su cara ajada y triste mirar por la ventana como si esperase a alguien. Nadie lo visitaba, nadie lo veía nunca fuera de la casa, ya nadie recordaba a ese hombre en su juventud.
Solo un día recuerdan verlo sonreír, cuando una vez sentado frente a su ventana, salió corriendo a la puerta, y con mucho entusiasmo invito a alguien a pasar, la gente quedo estupefacta al ver que ese pobre anciano hablaba con el aire, pensaban que la soledad acabo con su mente, pero él vio perfectamente a esa persona, esa persona que solo unos pocos se alegran de poder abrazar, esa persona que reuniría su alma junto con el alma de su antiguo amor, ya que esa persona a la única que sonrió era la muerte.