Crujir de huesos
y tumbas dispuestas a ser abiertas.
Somos futilidad, témpanos de hielo,
dolor de muelas ,
asimismo somos un eco dislocado
que legitima los artificiales testimonios.
Creímos que el olfato del misterio
poseía una fibra hermética,
hasta que el alquimista manifestó:
Vivo en mí mismo por ser fiel a ese yo
que se mueve hacia lo imperecedero.
Crujir de tibias y de piedras aturdidas
a causa del pavor flemático.
Estoy condenado
a ser desleal a vosotros,
hijos fallados de un mordisco
de manzana,
hacedores de miserias factibles,
asientos de tibiezas,
ardores de estómago,
virus del planeta Tierra