Sandor
De nuevo en tu terreno, en el que además de sabe moverte muy bien, nos arrastras al leerte, y esta vez a un ritmo, que aunque lo marques tú, parece que también, lo marquen los recuerdos.
Te sienta bien hablar, en este caso escribir y realmente, merece la pena oírte, suena muy bien cuando he leído fragmentos de tu poema en voz alta, como bien recordaba Saramago siguiendo los consejos de San Agustín. Cuando no entiendas bien mis palabras, declámalas con tu voz y las entenderás mejor. Me dejo siempre guiar por tan ilustres consejeros.
Voy a intentar ser lo más breve, aunque contigo la brevedad no es nada fácil, hay poemas que tiene muchas paradas, y eres consciente de ello:
«Mi boca te espera
con la misma ansia que un crío
espera la Navidad y los cumpleaños»
Esa espera que te devora, la insertas en unas fechas que según pasan los años se van olvidando, pero menos que otras. No hay casualidades nunca en tus versos, eliges las fechas donde hay menos olvidos y la ansiedad te las recuerda, y si arriesgo a equivocarme es porque nunca engañas al escribir y eso hace lo mejor de tus textos, que siempre me sorprendes sin sorpresas.
«Y se acabó la función.
Sin aplausos, sin público, sin segundas partes.
Se acabó la función
antes de representar el acto
en que tenía que besarte
y claro, se me han congelado las caricias
en la estación de tu cuerpo
»
Asoma la desilusión, como si dijeras que en toda realidad no hay nada más que esa nada que esperas. A mí, me ha gustado esta estrofa, eligiendo un teatro vacío. Es preciosa iluminar así la desilusión, no hay nada más triste que un teatro sin gente.
«Que puedo decirte
que no te hayan contado ya mis palabras a mi espalda,
que puedo contarte
que no te hayan delatado ya mis silencios».
Bueno, en esos qué...entre dos personas: en el "que puedo decirte" y en el "si lo sabré yo" que omites, pero se sobreentiende. Es una perfecta muestra de saber elegir el color de las palabras.
Y ya sin citarte más, se hace innecesario, me gusta ese viaje que es demasiado largo, aunque das ese giro que sienta también, o digo por mí , que soy adicto a los finales que terminan bien o que al menos transmiten esperanza, tal ves por esas ganas de llegar a casa sin las manos vacías.
Qué puedo decirte
Que no te hayan contado estas palabras.
Muchas gracias, siempre, creo que mereces ese aplauso en este teatro que seguro recibes.
Saludos cordiales,
Carlos
31/07/14 11:07