Me miraba y me acariciaba
con hielo en sus manos,
ahogado en un hambre voraz
suplicaba temeroso
tras su mirada desconcertada
necesitaba sanar, lloraba por dentro.
Suspiraba bocanadas de aromas negros
y se enfurecía frente a su realidad.
Por las noches recuerdos en sueños
aparecían como latigazos,
desgarrando su carne
pues su alma tenia herida
de tal manera flagelado
tan odiado y despreciado
que hasta el amor le dolia.